Fénix 10, 287-297
TESTIMONIOS ¿QUE: PREPARA USTED? Qué proyecto? Al periodista le está vedado el dulce placer de proyectar. Se agita dentro de la humana tempestad y ésta, en su oleaje encrespado, un día lo aleja del an- siado horizonte y otro día lo empuja a la playa inesperada. E l periodista vive en medio del movimiento y la inquietud; la inquietud de todas las horas, el movimiento de todas las cosas. Proyectar! Para qué? Los proyectos son truncados por el Destino y, en el fondo, no son sino ilusiones que la realidad y la vida desvanecen. CLOVIS Este Ricardo Vegas, orgánicamente periodista por inquieto y por comprensivo, me pregunta qué preparo. Sin hacer, absolutamente, literatura yo contesto: Como preparar, creo que sólo en química subsisten las pceparaciones. Aquí no se puede preparar nada y lo que se pre- para no se realiza ,que es como no prepararlo. Lo sé por amarga experiencia. La vida nos lleva por donde quiere. Los libros se hacen solos.. . Cuando se hacen. Eso es cues- tión de editor y todavía no tenemos cosa tan perfecta. Los que duermen en mis gabetas, no son libros. Apenas versos y prosas escritos a máquinas. Los que he pensado, los que he preparado, no son ni eso. Son simplemente notas y sueños. De allí que no prepare nada, absolutamente nada. Hasta esta respuesta ha salido sin ninguna preparación. ENRIQUE BUSTAMANTE Y BALLIVIAN Las tiendas del desierto. Afán de lo imposible, pesar de lo irreparable: un abismo que me esforcé en llenar -sin alcanzarlo- con mi debilidad y mi flaqueza. No es ya la poesía de la evasión en el recuerdo, porque acepté la vida, ni la resignación en la esperanza. E l poeta regresa de su aventura. SLI ilusión no es sueño, sino inquietud, y la tienda que alzará en su desierto, será, tal vez, una abadía de Thelme, donde la regla sea dulce y la obediencia fácil, y pueda meditarse serenamente este triste y efimero discurrir de las cosas que es la vida. ALBERTO URETA Muchas cosas preparo, lo que equivale a decir que no preparo nada. Tengo comen- zadas no pocas divagaciones fantásticas y ensayos de diversa índole: si la vida me da tiempo .acaso logre concluir algo. Así por ejemplo tengo una novela de reconstrucción histórica del tránsito del coloniaje a la república, en Lima, y de la que he publicado dos capítulos. E l mejor día se me antojará continuarla, y puede que hasta concluírla. Lo más probable es que no se me antoje. Quiero escribir un estudio sobre un aspecto inte- resante de las Tradiciones de mi padre; el aspecto paremiológico, o sea del refranero in- sertado en su obra. Tengo también comenzada otra novela, más o menos absurda, casi tanto como la realidad. La concluiré? Proyectar, preparar, idear, soñar.. . son conceptos que se me confunden y compenetran de una manera seductora. Quizá si la parte menos her- mosa de una obra es el hacerla, e! concluírla. La palabra más .antipática es la palabra FIN, que consagra la conclusión de una obra, su muerte, como lo es en su vida. CLEMENTE PALMA Ud. sabe, mi querido Vegas, que mi vida es una vida preparatoria. Y que, hasta ahora, aparece como una nerviosa serie de inquietos preparativos. No le sorprenderá, por ende, que mi respuesta, diferenciándose en esto de la de otros escritores, le diga que pre- paro, como siempre, muchas cosas. (No soy un caso de voluntad. No pretendo sino cum- plir mi destino. Y si deseo hacer algo es porque me siento un poco "predestinado" para hacerlo). Preparo la edición de dos selecciones de mis artículos y ensayos últimos. Vuelvo a un querido proyecto detenido por mi enfermedad: la publicación de una revista de critica, Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.10, 1954
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