Fénix 11, 248-270
las describen Santo Toribio ALFONSO DE MOGROVEJO y el car- melita VASQUEZ DE ESPINOSA (2) . La Descripión de1 Perú -de fines del siglo XVIII o comienzos del XIX- que erró- neamente ha sido atribuída a HAENKE, también contiene refe- rencias a estos monumentos (3). Exploradores de Durante el siglo XIX varios científicos de renombre explo- "Chatín" en el siglo XIX. ran y estudian las fu~uias de Chavín: Mariano Eduardo de RI- VEN, cuyas investigaciones -realizadas antes de 1841- cons- tituyen los primeros pasos hacia el conocimiento cieritífico de dichos monumentos; RAIMONDI, quien da a conocer los más im- portantes monolitos encontrados en Chavín de Huantar (4); WIENER, en cuya obra se publica el primer material gráfico referente a las ruinas; MIDDENDORF, quien descubre vinculacio- nes entre los monumentos de Chavín - d e Chavín de Huan- t a t - y restos arqueológicos de otras regiones del Perú; POLO, finalmente -autor de un interesante análisis de la Piedra de Chavín (Estela Raimondi)- debe ser considerado, también, en la nómina de las principales figuras que se han ocupado de Chavín en el transcurso del siglo pasado (5). Chavín en el si- En el presente siglo, el tema Chavín logra ocupar una glo XX posición importante dentro de los estudios de arqueología pe- ruana, desde que consigue comprometer -Con los progresos de las investigaciones del Dr. Tello- casi todo el vasto pano- rama de la pre-historia del país. Tanto investigadores nacio- nales como extranjeros han consagrado esfuerzos muy consi- derables a su estudio. TELLO, máxima figura de la chavinología, se revela en es- t e siglo. La magnitud de su obra no tiene paradigmas: por espacio de tres décadas se empeñó en desentrañar incógnitas y señalar el nombre de estos monumentos. Tampoco hace alusión a la pequeíia población "Chavín" que colinda con las ruinas, mencionadas por Santo Toribio y por Vásquez de Espinosa, en los siglos XVI y XVII. Sin embarqo, el análisis del itinerario seguido por Cieza antes y después de describir la "fortaleza grande o antigualla", amén, el examen de los datos que proporciona acerca de los monumentos que describe (Cap. LXXXII), con- ducen, a que se identifique aquella descripción como un pasaje que se refiere a las ruinas de Chavín. (Federico Kauffmann Doig: "Los estudios de Chavín" (1553-1919) -Tesis universitaria- Lima, 1954, pp. 25-33). (2).-Santo Toribio llegó al pueblo de Chavín (Chavín de Huantar) durante su Segunda Visita Pastoral, emprendida en 1593. Vásquez de Espinosa recogió sus datos a- cerca de las ruinas, estando en Chavín, en el año 1616. (3).-El tropiezo editorial cometido por don Ricardo Palma -atribuyendo la Des- cripción del Perú, que publicó en 1901, a Tadeo H a e n k e motivo que el crítico argentir.0 Paul Groussac escribiera un estudio polémico al respecto, en el que prueba, con sólida argumentación, que el verdadero autor de esta relación no es Haenke sino el cartógrafo español Felipe Bauzi, qiiieri -conjuntamente con Tadeo Haenke- era uno de los inte- grantes de la célebre expedición Malaspina. (4).-La Estela Reirnondi y el Lanzón Monolítico; este Último, ubicado hasta 13 fecha en uno d2 lo\ cruceios que forman las galerías subterrineas de las ruinas de Chavín de Hunntar. (S).-Los restantes autores del siglo XIX, que traen referencias a las ruinas de Chavín, no hacen mas que recapitular lo d:cho por Rivero, Raimondi, Wiener, Middendorf Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx