Fénix 11, 292-330
LIBRO PRIiLiERO DE CABILDOS DE SAN JUAN DE LA FRONTERA 293 que enfrentarse a las fuerzas del Curaca Guamán, que a diferencia de Guaya- mil, obstaculizó la marcha de los expedicionarios y llegó inclusive a tender una celada a las fuerzas invasoras de la que se libraron gracias a las pxeau- c i m s adoptadas por Avarado. Dominada la situación, Alvarado y sus acompañantes prmedieron, de acuerdo a l a provisión ya dud i da a la fundacibn de la ciudad el dia y e n los términos ya enunciados líneas arriba. Xalca reunía al parecer la5 condicio- nas suficientes psra eilo, pues había en ella "despusycion de tierra e cacique e indios pa que mella se funde un pueblo de cristianos". Como era d e usan- za el mismo día de la fundación se procedió a la nominaciócn de alcaldes y regidores, siendo elegidcs para dichas cargos Gómez de Alvarado, Alcnso d e Chávez, Gonzalo de Trujillo, Gonzalo de Guzmán, Luis Valera, Pedro Rome- ro, Bernardino de Anaya y Francisco d e Fuentes, respectivamente. N o obstante el entusiasmo que precedió a la fundación de fa ciudad no debia continuar ésta su desarrollo en la sede original. Xalca "hera enfer- ma e no fenya tierras pa servicio de la dicha ciudad ya que las que avia es- taban lexos y m u y desvyados de la dicha ciudad e asy mesmo la dicha ciudad no estaba en comarca" (Libro lo de Cabildo, p. 6); por eso, se decidió e n acuerdo de cabildo realizado el 15 de Setiembre el traslada d pueblo de Le- vanto, que rerntlia las condiciones requeridas. Aquí se realizó, e n corweccren- cia, el reparto defim'tivo de solares y se fijaron las bases permanentes inhe- rentes al desarrollo de toda ciudad indiana. Pero Ia inquietud y espectativa explicables de loisl flamantes avecindildos tampoco rindió esta vez los frutos esperados. La situación fronteriza de la ciudad, la vocación aventurera, acre- c e n t a d ~por las noticias iltrsorisc que sobre la riqueza de la selva debieron propagarse, más el estallido d e las guerras civiles, determinaron el constante y cada vez más acentuado ausentismo d e los vecinos. El propio fundador y Gobernador d e élla, Dn. Alonso de Alvarado, la abandonaba en manos d e su segundo, Gómez de Alvarado para ir a la conquista de Moyobamba y la tie- rra de 10s Motilmes. Hicieron 10 propio, más tarde, entre otros, Alonscv de Chávez, Bernardino de Anaya, Juan de Mori, Gonzalo Guzmán; para sentar reales, estos Últimos, en forma definitiva, e n la ciudad de León de Huánuco. Este ausentismo, alarmanfe para el lugar y las circunstancias, determinó que por el año 1540 estuvieron fuera de la ciudad más de dieciocho vecimos. S e advierte claramente que este desbande sistemático hubo de tener graves re- percusiones en el normal desarrollo de la ciudad y e n el ánimo de sus ve- cinos; especialmente en los ediles, que se mostraban remisos e n el cumpli- miento d e sus funciones. Esto determinó que se adoptaran medidas drásticas pilra con los renuentes. E s de destacar que entre los fundadores de Chachapoyae no hubo, aparte del fundador, de Gómez Alvcrado y Luis Valera, personajes de gran prestigio. E1 Gobernador, Dn. Alonsu, era hombre d e méritos bien ganados. Había llegado a Guatemala formando el séquito del Conquistador Dn. Pedro de Alvarado y p& posteriormente al Perú y tomó parte activa e n los m e - s~ ya narrados. Iniciadas las guerras civiles, cuya primera fase culminó con Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955
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