Fénix 11, 76-93
Son ocho las cartas reservadas que se cruzan, de junio de 1790 a octu- bre del año siguiente; pero me he de servir de tres, principalmente, en que el Virrey menciona sucesos de la Revolución e incluye documentos de mucha importancia para que sean conocidos por el Obispo. La del 8 de julio de 1791, "reservada", en que de su propio puño, muy a pesar de su estado delicado de salud, el Virrey dice: 'Mi venerado Iltmo. y amigo: prosiguen mis indisposiciones de cabeza que no me permiten escribir de puño propio sino lo más preciso. Nuestro coinún amigo Antúnez está bue- no, así me lo dice Páez que alterna con la correspondencia. En nuestra Cor- te hay bastante agitación, muchos destierros, prisioneros y castigos; los vecinos precipitándose cada día más han empezado la persecución de los Obispos y tengo mucho consuelo en saber que hay algunos que imitan las virtudes del Papa San Sixto, y San Lorenzo. Dios lo remedie". Es notorio que el Virrey acaba de tener noticias de que los acuerdos de la Asamblea extendían la idea de soberanía nacional a la relación entre la Iglesia y el Estado, y sobre todo, seguramente se le hacía conocer que la Ley del 27 de junio de 1790, con res- pecto a la Constitución Civil del Clero, iba a ser respondida por el Papa, y su protesta provocaba la división de la Iglesia y la lucha civil, y mas tarde s ~ r í amayor ante la obligación del Clero a jurar la Constitución. La frase: "los vecinos precipitándose cada día más" presupone que aquella correspon- dencia entre Antúnez y Páez, no es más que la referencia a los debates del mes de agosto del 89, a tal punto que se le incluye la hoja fundamental de los acuerdos de la noche del 4 de agosto. La referencia al Papa San Sixto, que puede ser aplicada a los tres Santos Papas que llevan ese nombre y de los cuales los dos primeros murieron mártires, avisará las consecuencias que pueden llevar al nuevo planteamiento contra la Iglesia. Las agitaciones en que está viviendo la Corte de España, son seguramente íos momentos críticos del gobierno de Floridablanca y en que el Rey se obligó a llamar nuevamente al Conde de Aranda, que muy a pesar de ello se desencadenaríe la guerra. En esta misma carta incluía el Virrey una papeleta, aquella que circu- laba por toda América como primer mensaje de los acontecimientos de 1789. Está en castellano y trata de 10s enunciados del 4 de agosto. Y así como puede verse en la copia que acompaño, termina con el N. 21, "Te Deum en la Capilla Real", y en el anterior (N. SO) se refie- re a la acuñación de una medalla proclamando a Luis XVI el "restaurador de la libertad francesa". La nota final, de que "el decreto se halla imprimien- do para remitir ejemplares a todos los reynos a pedimento de !a Nación", nos dice a las claras la primigenia y sumaria expresión del momento que ha sido estructurada, y que antes de darse a la imprenta ha sido lanzada al conoci- miento de América. Como podemos apreciar, esta hojita contiene 21 puntos, como muchas de las semejantes que corrieron desde aquellos primeros mo- mentos y que de vez en cuando hallarnos por alguna Biblioteca o archivo del continente. Esta pieza fechada en "París 4 de agosto de 1769", en aquella noche memorable en que la Asamblea Nacional abolió formalmente el siste- ma feudal, "obteniendo una victoria sin par el espíritu democrático de la épo- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955
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