Fénix 11, 76-93

ya que en la segunda pieza destaca una nota final: "hoy se han vendecido las vanderas de este cuerpo, dia en que todo lo relacionado se tiene establecido". Refiérese a la bendición de las banderas de !a Guardia Nacional por Talley- rand, y cuando Lafayette es nombrado Comandante Supremo, en el pr'imer aniversario de la toma de la Bastilla. Esta segunda papeleta que mencionamos, está escrita en primera per- sona y fechada en París a 15 de agosto de 1789. Comienza: "Aquí estamos llenos de confusiones y novedades a todas horas. Nos hemos visto en vispe- ras da hacer el último viaje si Dios no hubiese dado disposición de salvar nuestra ignorancia de aquél: y ahora al parecer estamos tranquilos, pero nada seguros, pues hay mucha fermentación todavía en todo el Reyno. La Asam- blea tiene muchas disputas y cont;nuos debates, todo lo quiere arreglar, y nada concluye; sin embargo antes de uyer acabó con los frayles, dándolos por inú- tiles, aumentando los curas con unas pensiones diarias para que vayan como- damente. .." Va haciendo referencia a los debates siguientes al 10 de agosto en que precisamente se dió el golpe más candente contra la Iglesia: fué cuan- do se acordó que los sacerdotes solamente después de Ios sesenta años po- dían tener en su casa alguna mujer para su atención; 37 no se les permitía "usar coches y palacios, a imitación del primer padre de Xa Iglesia que solo poseía por anular un váculo", como lo dice en la misma hoja. No hay duda que Esta apreciación, seguramente de un testigo de aquellos debates, así co- mo los autores de la hoja con 21 puntos, fueron en su mayoría sacerdotes cu- yos mer~cajcs se dirigían como un clamor a la nación española, a la que su vecindad le permitía ser la primera en conocer tales acontecimientos. Y asi- mismo, América, por doble vía -los enemigos de la Revolución, y los cons- piradores por sri surgimiento- apreciaba su desarrollo desde 1790 y man- teníase conmovida y en expectación, viviendo las consecuencias del agrado que a un comienzo provocó. y de Ia adopción de medidas que ninguna na- ción de Europa dejó de efectuar para "poner dique a tal inundación revolu- cionaria". El Virrey del Perú, primera antena receptora del oficialisino es- pañol, vivía los momentos del surgimiento reformista e ilustrado de la Lima que le rodeaba y vió muchas veces -seguramente con desagrado-, desna- turalizarse la función del Santo Oficio para tomar el campo de lo político y civil en su acción de represión. Pero para la revolución de nuestro continen- te, cuán fecundas se hacían aquellas frases de las misteriosas papeletas que con tanta frecuencia nos llegaron. La tercera pieza que mencionábamos, y que tiene trascendencia para la Intendencia de Huamanga, se refiere al conocimiento que tenía el Rey de las desavenencias de su Obispo con 12.9 d e d s autoridades, constituyendo a da vez que una advertencia una sanción. Dn:c?da en rMadrid y con Ir, firma de Porlier, siendo precisarn,nr-itr aquel12 que según el Virrey ha sido enviada 7or el Consejero Antúnez. "Me ha mandado S. l'vl. repetirle de su orden, como lo ex+ cuto, que se contenga en sus violentos procedimientos, puesto que de lo cor'l ::- *io se verá S. M. en la precisión de usar de la suprema potestad''. Es de suponLr que de esta nota confidencial para el prelado de Huamanga, sin m% inter- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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