Fénix 11, 94-125

FENIX LA NARIZ Erase una nariz que andaba sola, érase una nariz como un trinquete, érase una nariz cual gallardete que en encumbrado mástil se enarbola. Nariz que en otra parte fuera cola, mas nariz que a un mortal toca y compete, nariz que por azar de resoplete, un destino agarró por carambola. Nariz que en el consumo de pañuelos ocasiona a su dueño grave costo, y al mismo Ovidio causaría celos. Y esta enorme nariz color de mosto, para asombro eterna1 de escritorzuelos, creció una vara en el pasado agosto (1). A NARIGONIDES Erase una nariz como un camote; érase una nariz mayor que papa; nariz que en tiempo frío pide capa porque no basta a su amplitud capote. Nariz que puede ser quilla de un bote; nariz que a Lima con su sombra tapa: bien puede un hombre recorrer el mapa sin que mayor nariz descubra o note. Nariz ridiculísima, bufona; nariz festiva, singular, grotesca; nariz alborotada y retozona. Nariz que siendo enorme y gigantesca, si el campo de batalla no abandona, puede bien ser que con el tiempo crezca. (1) 18 de agosto, día del juicio de imprenta de El Limeño. (Nota del original). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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