Fénix 11, 94-125

con la sola condición que le den senda ración, bien de alfalfa o de maíz. ¿Quién me compra, que la vendo? ¿Quién me compra una nariz? A quien quisiera comprar para alguna expedición, algún esquife o lanchón de forma elegante, chato, que está salvo de la broma porque despide una goma que hace veces de barniz, ¿quién me compra, que la vendo? ¿Quién me compra m a nariz? Al que quisiera acusar un impreso, de injurioso, mal escrito, sedicioso, yo puedo proporcionar un orador eminente que lo hace divinamente, si hay de oro y plata matiz. ¿Quién me compra, que la vendo? ¿Quién me compra una nariz? Si comprar quiere el gobierno muelle, paseo o garita, de material que no irrita la crudeza del invierno; si desea un instrumento para que rinda al momento "El Limeño" la cerviz, ¿quién me compra, que la vendo? quién me compra una nariz? OTRA VEZ LA NARIZ Dióme el cielo clemente el don más eminente: una nariz grandiosa que es vara de virtudes, y las vicisitudes aleja poderosa Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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