Fénix 11, 94-125

LA NARIZ de contrarios sucesos. ¿No quieren ser felices? ¿Quién compra? iA cuatro pesos la libra de narices! Según la providencia que exije la ocurrencia, Ia contraigo y la ensancho con admirable tino. Así, para un destino la hago servir de gancho, dejando patitiesos a otros mil infelices. ¡Se vende a cuatro pesos la libra de narices! Otras veces contemplo como ahora, por ejemplo, prudente parapeto tras del cual en secreto se ataque al adversario, que con viles deslices murmura mis narices. ¡Barata! iA cuatro pesos la libra de narices! ¡Vamos! ¿Quién se arremanga? Si te haces con tal ganga tGi, que eres comerciante, ya tienes mostrador; o si quieres mejor, conviértela en pescante, que los fardos más gruesos eleve cual maíces. ;Compra, hombre, a cuatro pesos la libra de narices! Hoy es muy fácil cosa que de esta portentosa nariz la venta selle y quede habilitado, pues la quiere el estado para acabar el muelle: pero ciertos camuesos, que hoy son fuerzas motrices creen cara a cuatro pesos la fibra de narices. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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