Fénix 11, 94-125
Hay un, guayaquileño que está con el empeño de que el precio reforme: pero no, no me pil!a, la quiere para quilla de un fragatón enorme. Yo Ie respondo: "Si esos planes tienes, que dices, págame a cuatro pesos la libra de narices7'. Cualquier agricultor sacando con primor de esta nariz el jugo, puede, según él quiera, hacerla hoz, podadera, arado y hasta yugo. ¡Vaya! si tienes sesos no en precio escrupulices: bien vale cuatro pesos la libra de narices. <Por qué tal venta emprendo, dices? Si no la vendo, ¿a dónde voy con esto? No quiero tener lazos en el país, ni embarazos; y a más está uno expuesto a embargos y procesos cuando hay bienes raíces. ¿Quién compra? ¡A cuatro pesos la libra de narices! A LA NARIZ Variaciones para Fort-piano, compuestas por el célebre maestro Narigoni. -Si un preguntar no te agravia, tan contínuo e indiscreto, dí, Anastasia: {con qué objeto has comprado aquella gavia? -Aunque aún me parece un velo sutil, un claro tamiz, la compré para pañuelo de mi colosal nariz. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955
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