Fénix 11, 94-125

9 6 FENIX derrota en la causa iniciada contra El Limeño. Otro soneto, aparecido al día siguiente, atribuía las denuncias contra la prensa de oposición a una implícita necesidad de reforzar las débiles posiciones del vocero gobiernista, El Gerio del Rírnac. Luego fué sumada a la serie una letrilla. Y, no sabernos si por haberse colmado la medida de su paciencia, o porque a ello lo incitaba su res- ponsabilidad en lo tocante al cunipiimiento de las leyes, el 1 V e setiembre planteó el fiscal una nueva denuncia contra El Limeño, calificando como "se- dicioso en primer grado" el artículo inserto en el suplemento a su N-5 (4). Con dificutad integróse el jurado, pues sucesivamente presentaron excusas tres de sus miembros; pero, una vez reunido, halló que había "lugar a formación de causa". Inmediatamente dispuso el juez la requisición de los ejemplares y citó al responsable ante su despacho. A su vez, Bonifacio Lazarte recurrió a toda clase de precedimientos dilatorios: recusación del juez, ofrecimiento de fianza, apelación. Y tísta hubo de pasar a la vista del fiscal, del implacable y celoso fiscal Manuel Antonio Colmenares, quien confirmó la providencia apelada y pidió a la corte que recomendase al juez proceder "sin la dilación notable" observada hasta ese momento. Asi pasan seis semanas desde la iniciación del proceso. En tal lapso parece haber arreciado la prepotencia de los periódicos gobiernistas. Y en l a escena aparece entonces un nuevo órgano de la oposición, que no opone violencia a la violencia, ni responde con acritud a las recriminaciones oficiales. Un periódico volandero, cuyo tono está destinado a contrastar con la seriedad, la afectación doctrinaria y la elocuencia, puestas en juego por los adversarios. Un periódico ágil y punzante, ingenioso y socarrón, cuyo solo nombre sugiere la travesura que lo anima: E1 Hijo del Montonero. Y se imprime en los ta- lleres de El Limeño, para revelar. la íntinia solidaridad que lo vincula al cas- tigado vocero de los círculos adversos al gobierno. Aún al pie del título con- sagra una burla a la prominente nariz del fiscal Manuel Antonio Colmenares, desafía su celo, y previene la posibilidad de que la prisión espere a quien lo escribe : Suplicamos a1 Sr. fiscal de los fiscales, q' olfatee sus estravios, apli- cando su nariz, que no es poco aplicar, y denuncie los que le den en ella, y si de resultas vamos a !a cárcel, contamos con una orden secreta para que se nos coloque en la habitación en que estuvo El Limeiio. Luego habrá de renovar sus dardos, atendiendo a las inminentes alter- nativas del proceso seguido a Bonifacio Lazarte: Con pistolas fulminantes va don Rábula a la audiencia: de su valor y prudencia serán pruebas terminantes. (4) Seguimos los incidentes de este segundo proceso, teniendo a la vista el cua- derno original. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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