Fénix 11, 94-125

100 FENIX cuando se produjo la defección de las guarniciones que defendían las forrs- lezas chalacas. Pero aún volvió a reunirse un afio más tarde, para expresar a Bolívar la gratitud que el país le debía por el definitivo afianzar~lientode su independencia y prorrogar !a dictadura, Entonces dispuso el gobierno que se efectuase un ajuste de las dietas debidas a los diputados, y a Manuel An- tonio Colmenares tocóle un alcance de 4,951 pesos 1 real. Y por los eminen- tes servicios que en el seno del Congreso había prestado a la república, le fué otorgada poco después la medalla cívica con el busto del Libertador. En adelante consagróse al ejercicio de la abogacía y a la magistratura, desde :as cuales quiso contribuir a la estabilidad institucional, que a su pa- recer requería la neutralización de las pasiones mediante una honesta aplica- ción de la ley. Distinguióse por los esfuerzos que aplicó a la represión de los excesos en que incurrla la prensa, con daño para el orden público y el honor de las personas: primero como juez de hecho (VI-1825), y luego co- mo agente fiscal (30-1-1830). Integró el Tribunal de los Siete Jueces, insta- lado (27-IX-1831) para "conocer las causas de responsabilidad que se enta- blen contra la Corte Suprema por los abusos del poder en el ejercicio de sus oficios y que no induzcan criminalidad". A poco fué designado para desem- peñar las funciones de fiscal de la Corte Superior de Lima, cargo al cual se hallaban anexas las de fiscal de la Junta de Liquidación y de la Junta de Beneficencia. En uso de sus atribuciones formuló denuncia contra las tenden- cias sedicioses de E1 Limeño (11-VIII-1834), -"que sin embargo de su nln- gún mérito literar~opara los inteligentes, contiene mentiras estudiosamente inventadas y excesos gratuitamente atribuídos a la Convención y al Ejecu- tivo"-, y así excitó la vena satírica de Felipe Pardo y Aliaga, quien pertene- cía a los círculos de la oposición al gobierno y trazó la caricatura del fiscal en notables letrillas y sonetos. A sus deberes como fiscal de la Corte Superior de Lima se agregaron, en 1838, los concernientes a la censura teatral. Y, si bien es cierto que sus opinioses fueron severamente inspiradas por una moral dogmática y una dis- ciplina clásica, no debe olvidarse que supo prestar "su apoyo a todas ias jó- venes inteligencias que se iniciaban en la literatura dramática" (8): pues, así como "nunca citó una ley sin conocer su índole, su generación, sus viscisitudes, su influencia y su predomiílio sobre las costumbres que corregía, y las venta- jas que resultaban de su aplicación y cumplimiento estrictos" (9), así vertió en sus críticas de teatro muy precisas observaciones sobre el estilo y sobre las proyecciones éticas de la intriga. Veía en la escena un medio de orientar al pueblo en la estimación de las virtudes cívicas e individuales, y creía coadyu- var a tal finalidad desde su cargo en la Junta Censora; pero renunció a in- tegrarla (3-VII-1855) cuando los cambios sociales determinaron su ruptura con las nuevas formas de la sensibilidad. ( 8 ) FéIix Cinriano Coronel Z<xarra, eti Diccionario Biográfico Americano compiiario . . por J O L ~ Domingo Cortés (ParSs, 1875). ( 9 ) Juan Antonio Ribeyro, en la semblanza biográfica de Xlarit~elAntosio Co!r;.,s- nares, incluida en su Galería Universitaria, Cf. Anales Univcrsifarios del PerG: Tomo VIIT, p3. 5-27; Lima, 1876. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.11 1955

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