Fénix 12, 145-182
146 FENIX ven reunidas las reales ckdulas y órdenes que se han librado, en que se encuen- tran decisioncs muy dignas de consu!tarse para el fin propuesto"; aparte de haberse perdido los primeros celularios de testa Secretaría, pues nos dice e2 mismo Cerdán: "Los copiosos celularios existentes en la Secretaría de Go- bierno de este Virreinato empiezan únicamente desde el año de 1620, por haber perecido en incendios y temblores de ruinas los libros anteriormente formados". Los incendios han sido también males a los que nuestros archivos parecen haber tenido alguna predisposición. Desde fines del siglo XVI ocurren a:gunoc; que van mermando nuestro patrímonio documental. Posteriormente, en 1620, uno consume gran parte de los fondos que se guardaban en el archivo qu? existía en e! Paiacio Virreinal, aquí se pierde la documentación de la mencio- nada Secretaría; otros re suceden en 1682, en junio de 1822. La noche del 6 de diciemb~ede 1884, se incendió el Tribunal de Cuentas, cuyos despojos manuscritos fueron arrojadcs a los basurales o vendidos a los traperos de la ciudad; otro al siguiente año, e! 1885; y, finalnuente, en mayo de 1943. En este último, al incendiarse la Biblioteca Nacional, desaparecen la mayoría de documentos que se encontraban en el Salón América, de los cuales sabemos por las referencias que consignan Palma en su CatáIcgo y el Padre Vargas Wgarte ea. sus Manuscritos Peruanos en la Biblioteca Nacional. Desde la época de la Colonia debieron sustraerse muchos documentos de los archivos peruanos, sustracciones que han sido tan perjudiciales como ?os propios incendios. El Oidor de la Rea! Audiencia de L~n-la,don Benito Mata Linares, al embarcarse para Buenos Aires en 1787, cuando fué drsig- nado Oidor de esa Audiencia, "inducido por un desperfecto vulgar por los su- cesos que motivaron su alejamiento", se apoderó de !a parte más importante de los documentos del archivo de la Real Audiencia de Lima; estos papeles dieron origen a la Colección Mota Linares de b Academia de la Historia de Madrid. Esta sustracción es la primera de cuantas han de sucederse más tarde aniquilando las fuentes documentales. Ya en la época republicana, en la gue- rra con Chile, la ocupación del ejército invasor ocasiona muchas pérdidas. Se encontraba en esta época e1 Archivo Nacional ocupando el local de la BibBio- teca y ésta fue saqueada; se extrajeron muchos documentos los que fueron regalados a particulares o vendidos al peso en los almacenes. Pero no todas estas sustrac~io~~les fueron con este bárbaro objeto; estudiosos y eruditos chile- nos bajo la dirección de do11 José Toribio Nedina rea:izaron una búsqueda y clasificacíón que salvaron numerosos documentos de las depredacilones de la co!dadesca. Debemos mencionar también en la historia de estos éxodos el caso de dos colecciones bastante conocidas y ya negociadas en el extranjero; una di- seminada en diferentes repositorios y la otra vendida al gobierno argentino. Posteriormente, parte de estos fondos han vuelto integrando la Colección de! General Justo, adquirida recientemente por la Bib!ioteca Nacional. Después de todo, y a pesar de estos desmedros, la riqueza documental de los archivos límeños es vastísima y existe gran cantidad de documentos Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957
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