Fénix 12, 145-182
ALGUNOS ARCHIVOS EIISTqRlCOS Y REPOSTTORIOS DE LIMA 149 a la Secretaría del Virreinato, a los Castillos de! Callnc, aun baluarte de las fuerzas realistas; después fueron estos últimos depositados en la Prefectura de ese puerto, y más tarde trzsladados al Convento de San Agustín. Tanto Ulloa como Ricardo Aranda parecen desconocer estos acarrew y el primero supo,ne que en 1822 pasaron los papeles del Virreinato a! Convento de Santo Domingo, inmediato al Palacio, y que era trasieción verificóse en las oca- siones en que las autoridad.es realistas, o independientes, abandonaron Lima por necesidades de estrategia militar. Puede tratarse de otra parte de la do- cumentación a la que Ulloa y Aranda se refieren. De todos rt~odos,enorme cantidad de papeles correspondientes 81 Virreinato y a Ia Audiencia salieron de sus viejos asilos para ser depositados en las húmedas ceodas del Convento de los Agustinos. Nos refiere Ulloa que durante el acuartelamiento de uno o varios ba- tallones del ejército del General Salaverry, en 1835, se aprovechó y usó de los documentos para componer los cartuchos de pólvora. Después permane- cieron abaridonados a la humedad, a las ratas, insectos y a la incuria, pues, se usó d'e los documentos para satisfacer las necesidades de una hoja de papel cualquiera. Hasta hace poco tiempo, la labor del investigador Era verdaderamen-te ardua, la documentación dispersa y sin la menor guia se guardaba como. una cosa vedada; el historiador tenía que defenderse a favor de la suerte y de los archiveros. Para remediar este mal se decidió franquear al pUblic0 los re- positorios de papeles antiguos que poseía el Estado, preocupandose de con- centrar en un solo lugar los fondos de diversa procedencia que yacían espar- cidos por las distintas oficinas públicas. Fué esta la primera medida que fa- cilitó grandemente la labor de !os estirdiosos dedicadas a la investigación del pasado peruano; pero hasta la fecha queda mucho por realizar. El informe hacinamiento de papeles es necesario ponerlo en orden, y no sólo esto, sino que se debe también ponerlo en condiciones más favorables para la investiga- ción. La clasificación y catalogación de los documentos es tan importante como la formación de los propios archivos; no basta reunir, hay que acrecen- tar con nuevas adquisicíones los fondos existentes y ponerlos e n las mejores condiciones para aprovechar de ellos toda información histórica. E L ARCHIVO NACIONAL DEL PERU A fines del siglo XVIII, íos pape'es del antiguo Gobierno del Virreina- to se encontrah~nya mrz~guados tanto por la segregación de los fondos que hu- bieron de corresponder a los virreinatos de Santa Fe y La Plata, como por los daños ocasionados por los incendios de 1620 y 1682. En los primeros años de la Éapoca republicana estos fondos pasaron por mandato del gob;erno a depo- sitarse en el Convento de San Agustín de esta Capital hasta 1859, en que don Manuel de Mendiburu consiguió del gobierno de Castilla con fecha 14 de Diciembre, la expedición de una resolución suprema disponiendo la funda- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957
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