Fénix 12, 183-213
ENRIQUE TORRES SALDAMANDO, HISTORIADOR Y EIBLIWRAFO OLVIDADO 201 1733), que aparec'ó en la misrnri Revista de Artes y Le f r ~ s (tomo XVII, págs. 412-424 y 453-468, Santiago de Chile, 1890) bosqueja la notable labor cum- plida por &te destacado jesuíta, conlo misionera o provincial, y da una relación de sus obras, la mayoría inéditas y posiblemente perdidas. En Los Anfiguois jesuífas del Perú, donde incluye una lista de biografías inéditcis de escritores de! siglo XVIII pág. 388) figura Antonio Garriga. El tercer artículo, publicado también cn la mencionada revista (pág. 151-157, Santiago de Chile, 1890) lleva por títu!o "Los de ChIe". Explica el por qué de tal nombre: "Que no sólo a los leales del ade!antado Diego de Alma- gro se llamó Los de Chile en el Perú, doscientos anos más tarde". El mote caía a todo el que poseía un título comprado y que no era adquirido por me- recimientos. Se decía: "Ese tílu'o es de tos de Panamá, de los del cuarenta y seis ó de !os de Chile". En Chi!e fue difícil conseguir compradores de íos títulos que con fines de beneficencia se vendían, pero en Lima se llenaron los riombramientos con poco esfuerzo -dice Torres Saldamaiido- y el 25 de agosto de 1745, re corivirtieron don Dicgo Quint y Reaño, en Marqués de San Felipe el Real; don Gaspar de Velarde y Ceballos en Conde de Torre Velar- de; don Pedro Ortiz de Foronda en Conde de Valle IIermoso; don José L'a- mas en Marqués de Mena Herinosa; don Isidro Gutiérrez de Cossio en Conde de Casa Tagle. Hasta ese ano sólo había en Chile cuatro marqueses, y eran los de Prza, Guaiia, Cañada Hiermoca y Villa Palma. Era virrey don José An- tonio Manso de Velasco, y de la venta correspondieron veinticuatro mil pesos al virrey y novefita y seis mil á las nuevas pobhxiones. Cada nueva catástrofe de la naturaleza dió motivo a la venta de títulos y no faltaron quienes quisieran echarse uno a cuestas. Así tenemos que con motivo del teraernoto del 25 de marzo de 1751, que asoló nuevamentr algu- nas ciudades dc Chile, hubo de reculrirse a Lima. donde parece que era fácil encontrar candidatos a nuevos títulos; se "nombró en 14 de abril de 1753 Mar- qués de Torre Hermosa, a Juan Fermin de Apezteguín y Ubago; el 6 de agos- to, Conde de Vista Flo~ida, á don Juan Bautista Baquíjano y Carrillo; en 30 de octubre, Marqués de Campo Amerio á don Alonso González del Valle; y en 7 de junio del siguiente año á don Ventura Ramírez de Loredo, Conde de San Javier y Casa Loredo". De 1735 a 1754 fueron los años en que mayor ostentación se hizo de esa gracia, a pretexto de urgencias del erario o de reedificación de ciudades. El terremoto del 28 de octubre de 1746 fue otm pretexto para una nueva pronloción de nobles, y el beneficiado fué el Tribunal de la Inquisición, al que se le confirió poder para la venta de dos títulos, que adquirieron por veinte m11 pesos don Joaquín de Lamo. y Zúñiga, Conde de Castañeda de los Lamos, y don Josk del Villar y Andrade, Coride de Villar de Fuentes, cada uno de los cua!rs cuidó de que se hiciera especial y minuciosa relación de sus ser- vicios y de los de sus antepasados. Esta gracia también se le concedió al viirey don José Antonio Manso de Velasco al que se ie dió el título de Conde de Superunda por Real despa- cho de Fernando VI, ei 8 de febrero de 1748, en atención a sus inestimables Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx