Fénix 12, 3-77

16 FENIX AGUILAR, Juan de - Violero español radicado en Lima en 1612. Figura en el Padrón de 1613 (SRS). AGUlRRE, Juan de Dios - "E l señor Aguirre se ha dedicado con entusiasmo a cultivar el folklore musical peruano. Sus varias e interesantes composi– ciones 10 colocan entre los mejores músicos del género" . (J. Gmo. Guevara, en la revista "La Sierra", N9 2, 1926; v . t ambién N 9 5, 1927-SRS). Por 10 que conocemos, la producción del se ñor Aguirre la integran pequeñas piezas a base de motivos populares cuzqueños, armonizados por el autor en forma empír ica. Tenemos a la vista las piezas manuscritas "Saccsayhua– man" y "Ccosccollaccta", para canto y piano, concebidas de acuerdo con ese criterio simplista que abunda "entre los mejores músicos del género" . En 1919 era M aestro de Capilla de las iglesias de La Merced y Santo Do– mingo del Cuzco, según Alviña (Tesis, 1919). AGUlRRE, Manuel Lorenzo - Compositor arequipeño, n. ellO de agosto de 1863, m . el 6 de febrero de 1951; h ijo de don Manue l Aguirre y Baltierra y de doña Josefa de la Fuente. Su educación y fo rmación espiritual se de– sarrollaron en la m isma ciudad de su nacimiento, en la que muy joven con– quistó una posición sobresaliente, tanto por las calidades humanas que dieron un se llo in confundible a su personalidad, cuanto por sus condiciones de músico, que muy temprano se manifestaron. Autodidactico, como gr an número de los músicos de entonces, encontró en el piano el medio apropia– do a la extroversión de su innat o lirismo, que encauzó a través de las pe– queñas formas ochocentist as y romántica s, cultivadas con amorosa inspiración y buen gusto. P ero a la vez que se entregaba con innegable deleite a l cul– tivo de los moldes tradicionales de ga votas, m inués , madriga les y demás tipos evocadores, iba creando una literatura de esencia re gional, cuyo ca– ráct er sabía acentuar con gracia y fineza , ya en el trato semiliteral de los motivos que sustentan la tradición aborigen, ya en las variantes mes– tizadas de los mi smos. El arequipeño de cuerpo y alma se reflejaba sin– cero en ' esas breves transposiciones líricas de los ai res de la campiña m is– tiana, que acompañaba con las armonías latentes en los propios motivos, todos ellos de una inspiración tierna" espontánea y transparente y de una generosa fluidez poética, p ropia del temperamento delicado de un artis– ta que trataba con simplicidad y naturalidad lo que era en sí natural y simple. De esa manera, Agu ir re contribuyó notablemente a estimular el desarrollo de la vida musical de su mistiana tierra, en la que siempre se le consideró como un artista representativo, el último que quedaba del valioso grupo de Duncker Lavalle, de Molina, Tirado, Montesinos, Polar y otros de la guardia vieja arequipefia. Hombre de una sencillez y bonho– mía encantadoras, se mantuvo siempre en el plan de un dilettante -en la más pura ac epción clásica del término- cuya acción se desenvolvió en el mejor medio social e int elect ua l de esa tierra de músicos, poetas, literatos y pintores. La única vez que tuvo un cargo de músico fué en 1928, cuando un grupo de amigos y admiradores le rogó asumir la Pre– sidencia de una Ac ademia de Música que dirigía el recordado Francisco Ibáñez. Aguir re visitó tres veces Lima: en 1917, en 1935 y en 1947. Siem– pre fué recibido con vivas muestras de aprecio de nuestra sociedad y círcu– los musicales; pero su segunda visita cobró caracteres especiales, al ser objeto de un homenaje que organizaron los profesores Andrés Sas y -L ily Rosay y el poeta arequipeño Alberto B aIlón Landa. Fué en la Sala "E ntre Nous", el 28 de no viembre. El doctor BaIlón le rindió cálido elogio en un Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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