Fénix 12, 3-77

GUIA MUSICAL DEL PERU 7 debo declarar que no pude hacer yo solo esta G UIA. Me ayudaron mucho y fructuosamente otros hombres, generosos y desprendidos, a los que quiero de – jar expresa declaración de reconocimiento: A José Gálv ez, que me dió los primeros datos -hace y a v arios años– sobre la vida musical limeña, con todo el sabor anecdótico y m elancólico de Una Lima que se va ... Mucho debo a Gálvez, porque él me señalo, previendo que algún día me serían útiles, los primeros derroteros, los primeros nombres, las primeras fechas viejas. En ino lv idables sesiones noct urnas en la hos– pitalaria casa del Pasaje de los Huérfanos, rod ando por las evocadoras ca– lles limeñas o sentados cabe humeantes tazas de chocolate en bohemios cafe– tines, el charlar fluyente y sabroso del poeta hizo revivir muchas v eces el pasado limeño, con sus valses y sus polkas, con sus retretas chorrillenes, oon sus tipos de todos los tipos. Al relato v ívido de sus propios recuerdos y expe– riencias, había de agregar bondadosamente el prést am o de sus delicio sos to– mitos de Nuestra Pequeña Historia, llenos de evocaciones ,v anécdotas, y el r e– galo inapreciable de sus libros limeñísimos, cuajados de sugestiones y de rea– lidades documentadas por su memoria es tupenda, livianos en la eencillez de su estilo y rebosantes de amor a 10 nuestro. Después. . . después fueron muchos los que me dieron generosos su contribución valiosísima. Así debo calificar la de S alvador R om ero Sotomayor, antiguo catálogo vivo, verdadero "kerdex" humano d e la incendiada B iblio– teca Nacional, que no tuvo el menor reparo en cederme sus gavelas de fichas bio-bibliogréiices, reunidas en un cuarto de siglo de amoro sa y paciente re– busca. Regalo inapreciable, dicho estrictamen te en el sentido de la cosa que no tiene ni tuvo precio, incluso cuando quise ofrecerle uno. También do y gracias a Rodolio Holztnarm, a quien deben bastante 18: música y los músicos peruanos. Ha sido un cordial estimulador de m í ira– bajo y también me hizo partícipe de sus propios datos y apuntes. A.1 finado Francisco Ibáñez y a Carlos Zuzunage. y Alejandro Kosel efi, he debido buena parte de 10 que a la música y los músicos de Arequipa se re fiere. Rosa Mer– cedes A yarza de Morales, el desaparecido maestro Enrique Fava Ninci y .. . en fin, tan tos otros, en menor esca la pero n o en m enor buena v oluntad, se hacen igualmente acreedores a una mención de gratitud. Por último, en este epi– sodio de la colaboración viva, debo también dar gracitls a los d escendientes de muchos de los viejos músicos del pesado -Rebagliati, Bologne si, Francia, Ugarte, Berriola, Castañeda, etc.-, en quienes siem pre vi más vivo el im– pulso generoso de su cooperación que el sólo in terés de perpetu ar el nombre querido. Y, para pasar al otro mundo, un recuerdo lleno de sim patía reclama su inscripción en estas líneas para honrar la memoria del viejo C loamón, Manuel Moncloe y Coverrubies, au tor del precio so D iccio nario T ea tral del Perú, fuente en que muchos bebieron y seguirán bebiendo cuanto s quieran apagar su sed de conocimiento de lo que fué la v ida d e las bam balinas li – meñas. No puedo ocultar que este fué el origen de la GUIA MUSICAL DEL PERU. Válgame la intención de insinuar una labor de continuidad, de encadenam iento Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx