Fénix 12, 3-77

72 FENIX su existencia en "La Gaceta de Lima" del 12 de julio de ese año. (Medina: La Imprenta en Lima, t. I1, pág. 554, SRS). ·CADENAS, José Ignacio - Compositor y maestro limeño, n. el 8 de julio de 1826, m. en la misma ciudad el 15 de mayo de 1903; h ijo de don José M . Cadenas y de doña P etronila Carlín y Ari as de Cadenas. A los quince años empezó su educación musical y tuvo por maestros, suces ivamente, a M anuel Zúñiga y Tomás B arber i, muy rep utados por aquellos t iempos. Del segun– do d e el!os, que al decir de un cronist a limeño "se distinguía como m ae stro de capilla e igua lmente com o compositor", se cu enta que d irigió los estudios de Cadenas durante dos años y le enseñó "las siete claves en solfeo y todas las esc alas". M uert o B ar beri en 1845, Caden as in gresa a la Academia de los Agustinos, que desde los t iempos de la niñ ez de Alc edo dirigía fray Cipriano Aguilar. Pero sólo permanece a llí un año, al cabo del cual recibe consejos del famoso Lórt iga, que 10 al ienta mucho y lo lanza a la vida pro– fe sional a los veinte años de edad. Se incorpora así , el joven músico, a un nutrido elenco de m ae stros, pi anistas y compositores que brillan en la ca– pital ya entrado el se gundo tercio del siglo. En efect o, los nombres de Bo– nifacio Llaque, Pedro Zavala, Manuel B añón, Juan Baut ist a T en a , Manuel Camborda, Manuel Rodríguez, Manuel de la Cruz P anizo, I gn acio Bravo , Miguel Távara, Ildefonso Carrillo, M anuel D ionisia Sal azar y otros, dan una idea de la activa vida music al de aquellos d ías. E l éxito sonrió a Ca– denas desde sus comienzos, pues tendría apenas vein tit ré s a ños cu ando el famoso Herz, que vino a Lima con Sívori en 1849, imp re sionado p or su ta– lento de pianista y compositor, quiso llevárs elo a Europa. No se sabe qué obstáculos impidieron ese vi a je que t an útil le hubera sido. Sin embargo, bastóle su natural d isposición p a ra triunfar en su patria. Y pronto fué el más so licitado maestro de sus dí as. En la Escuela Normal, en los Colegios de San Carlos y de Guadalupe, en la Sociedad de Preceptores, en el Cole– gio Peruano-Francés y otros planteles, tuvo innumerab les alumnos de mú– sica, piano y canto. Su prestigio est aba y a cimentado cuando un aconte– cimiento inesperado ib a a h acer famoso el nombre de Cadenas. Se temía una invasión de potencias europeas a México , lo que mo ti vó una fervorosa reacción libertaria. Los más prest igiosos int elect uales y escritores acudie– ron a las columnas de todos los diarios limeños para m anifestar su protesta en nombre de la autonomía mexicana. Uno de ellos fu é el poeta limeño Jo– sé Toribio Mansilla, autor de un vibrant e poema , que Cadenas puso en música con las mejores expres iones de su inspiración. El himno "L ibertad, luz divina del mundo" iba así a represen t ar la voz del P erú en esa unánime protesta americana. Y se estrenó el 15 de julio de 1862, en el Teatro Prin– cipal de Lima, en una función en honor de la Sociedad Defensores de la Independencia Americana. Cantaron las estrofas la s sopr an os María Espa– ña de Ferreti y María Dominguez de Cortés, el t enor Alejandro Lagomar– sino y el baríto no Aquiles Rossi-Ghelli, pertenecien tes a la compañía lírica que actuaba por esos d ías en ese teatro. El ent usiasmo del público fué extra– ordinario. "A las siete de la noche -dice "L a América" ·del 16 de julio (SRS)- el público a guard aba impaciente la p reciosa sinfonía que se le t e– nía ofrecida; esta música del artista peruano Cadenas se dejó oír en medio de frenético s v ivas : era nec-esario oírla acompañada del estro ard ient e y fo– goso que había preparado el joven M ansilla, para sentirse trasportado al ideal mas puro de 10 patriótico y sublime.. . No entra en nuestro ob jeto manifestar el frenesí con que fu eron aplaudidas las composiciones de Man– silla y Cadenas; los bravos y prolongados vivas no cesaron hasta que los au– tores se presentaron á recibir las ovaciones del público." El gran éxito ha- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957