Fénix 12, 337-351

TESTIMONIOS 339 OTERO E' general Otero, argentino, sirvió de un modo distinguido en la inde- pendencia del Perú. Concluida la guerra se dedicó a! trabajo de minas e n el cerro dc Pacco y fué un buen modelo de ciudadanos industriosos, mora!es cnos. Y di, VIJIL Frnnc:scu cÍc Pauia González Vijil, tacneño, perteneciente a una de las más decentes familias de Tacna, y la mas distinguida por su talento. Vijil Le crió E.jo !a tutela de unos padres deinasiado piadosos. La madre, a quien conoc~mos, era u3 mode!o de virtudes domésticas y muy es- crupulosa conciencia, tanto que sacrificó muchos miles en hacer d,ecir misas por su marido, rnucrto algunos años antes que ella. Be esta notable familia, un hermano de don Francisco (don Juan An- tonio), era una notabilidad por su talento; pero inurló jovcn y no dejó ma- yores frutos de su izgenio. Otra hermana, doña Maria Joséfa, entró de mon- ja, influída por su educación, y hubiera sido otra Santa Teresa si en riuestros tiempos pudieran haber santos a tan poca costa, o hubiera hueco en el calen- dario para colocarlos. Son curiosos los cargos que ésta hacía a su hermano por sus escritcs, sin desmentir ni un ápice el entrafiable amor que le profe- saba, ni dudar un momento de su buena fe. En 1825 Viji! era un presbítero que gozaba de !a mejor reputación como sacerdote virtuoso y como hombre de algún saber y de fácil locución. En enero d e 1826 fué elegido diputado al Congreso de ese año y muy feste- jado por sus c~mprovincianosque lo acompañaron de Tacna a Arica, donde se hacían ias elecciones, como capital de provincia. En ese Congreso empe- zó a ser considercido como uno de los más distinguidos miembros y en el de 1834, era un orado? sobresaliente 57 más que todo sujeto a su deber. Varias otras veces ha sido elegido; pero no ha desempeñado su cargo, o porque no se lo ha permitido su salud quebrantada, o porque la política reinante no ha estado de acuerdo con su conciencia. El trato del mundo y el ensanche que dió a sus conocimientos, hicie- rol1 del levita timorato un filósofo investigador de la verdad. Se abrieron parn él las cataratas de los errores consagrados y buscó la luz en las tradicio- nes. Rico de és.tas, vi6 que se había hecho de ellas un enmarañado bosque, donde los astutos hacían perderse a los incautos, y se propuso descuajarlo presentando el verdadero camino que conduce al fin del cristianismo. Su defensa de los Gobiernos contra las pretensiones de la Curia Ro- mana, la de la autoridad de !os Obispos, su obra sobre Ics jesuitas y multitud de opúsculos en defensa de !os d.erechos de la Humanidad, hacen de él el mas laboricso escritor de América, el más constante atleta de la libertad y el Pa- triarca de la juventud ilustrada, a la que suele consagrar sus trabajos literarios. Anaterriatizado en Roma, en donde se ha prohibido hasta el opúscuto en que prueba la existencia de Dios, perseguido aqui por !os fanáticos hasta en el hogar doméstico, escribiendo contra él hasta el dieblo y e? F a d ~ eGual, la calma del justo 110 se ha alterado ni un momento. Mode!o de mansedumbre evangé!ica, de unas costumbres intachables, de una afabilidad encantadora, Viji! es el consuelo de todos los afligidos, el tranquilizador de !os perturbados y el apoyo de todo el que va por buen camino. Los extranjeros lo buscan por conocer al que en Estados Unidos y en Inglaterra han calificado de Luz en las tinieblas, y como es e? bib!iotecario de Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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