Fénix 12, 337-351

TESTIMONIOS DON RAMON CASTILLA Nació en Tarapacá -entre !os años de 1793 a 95- hijo legítimo de padres decentes. Su padre fué español y su madre una señora González (cono- rí y tuve amistad con la hermana, es decir la tía del General Castilla) . Uno de los hermanos de don Ramón Castilla fué a España y a!& subió hasta ser Geileral de División, crea que se ilamaba José María. Don Ramó i ~Castilla entró a servir en el ejército espeiio! en la c?asede ci'férez abanderado del Regimiento de Dragones de la Unión, del cual fué comanclante don Pablo Antonio de Rada (cuñado niio por haberse casado c o l mi hermana Juanita) con este motivo mi cuiíado me dijo que Castilla como subalterno era muy querido de sus jefes por su contracciór~y valor. Estaba con parte de su regimiento en las inmediaciones de Lima, cuan- do se pasó a !as filas del ejército de San Martín, en Mayo de 1821; fué des- tinado e n el seto a formar en Trujillo e! Regimiento Ilamado Coraceros, que después se denominó Húsares de Junín. Por su actividad logró ascender hasta Sargento Mayor, subiendo grado por grado. Fue uno de 10s que cont~ibuyó c desbaratar los planes de Riva Agüero. Cua:ld*o llegó Bolívar, se resistió a entregar a un jefe colombiano el ri~andodel Ezcu~drónque él mandabr., diciendo que un Regimiento o Cuerpo peruano debía ser mandado por peruanos y c o por extranjeros: tuvo varios otros altercados con Bolívar y hubo de ser fusilado; peso lo salvó el General La Fuente, bajo cuyas órdenes I-iabia servido en el Regimiento de Coraceros. Siempre sostuvo el honor de su cuerpo y en las continuas peleas entre solda- dos peruanos y colombianos, siempre sostuvo a los suyos; todo esto fué causa del odio de So'ívar. En la campaña de 2824, fue preso y enjuiciado y en la víspera de la batalla de Junín, pidió que se !e dejara libre solo para el mo- mento de la pelea y después volver a su prisión: se le conctedió la gracia y La Mar lo hizo ayudante del Estado Mayor General. La bravura con que procedió en Junín !e mereció ser ascendido a Teniente Coronel y que se cor- t ~ r a la causa. Quedó en su misma colocaciCn y como tal asistió a la batalla de Ayacucho. Libre el Perú, cuando Bolívar se ausentó, lo nombraron sub-prefecto de Tarapacá. Se opuso a Ia Constitución vitalicia. En las diferentes guerras civiles siempre ocupó puestos distinguidos. E:? 1534 estaba mandando el departamer:t.o de Puno como prefecto. Al lado de Orbegoso sirvió como j,efe de Estado Mayor General. Desde 1935 ya fué mas pública su vida y como genlesal figura en los hechos de más crédito. Casfilla desde subalterno siempre ha sido firme, enérgico y poco ami- go de humillarse, hasta llegar a la insubordinación. Sus cartas privadas (que conservo) a La Fuente, Gamarra, etc., etc., !o pru-ban, cuando aquellos eran el uno Presidente y el otro Vice-Presidente . Es honrado a toda prueba, va!iente, su corazóri mriy sensible; la aspe reza de su genio es para alejar a lw impertinentes. T,iberal, verdadero re- publicano, amigo de la libertad de imprenta, que siempre ha respetado, hu- mano, nunca fusiló a nadie y a él se le debe la abolició;~del pa.tíbu!o político. No tiene instrucción, pem ha llegado a adquirir tal práctica en lo- a ne- gocios administrativos que en el scto y con una perspicacia que asombra, hiere la dificultad. En sus combinaciones políticas o militares, procede con una sangre fría y calma admirables. Para conocer al general Castilla, es pre- ciso verlo e n esos momentos. Por eso todos los que han sido sus Ministros f e comprenden y reconocen su mérito; es el ídolo de los soldados, porque los cuida y no duerme eíi campaña hasta que su tropa está bien alojada. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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