Fénix 12, 337-351
TESTIMONIOS 345 valor físico y algunas inconsecuenc;as de su vida política no tuvieron otro móvil que el miedo. Fué vocal y fundador de las Cortes de Justicia de Arequipa y Trujillo, y últimamente de la Excma. Corte Suprema. Como magistrado fué puro, in- maculado y el crisol de la justicia: jamás se le tachó ni por sus más encar- i~izadosenemigos. En lo político desempeñó varias veces el Ministerio de Gobierno y Re- laciones Exteriores; en 1839 con Gamarra, después can Vidal. En estas circuns- tancias manifestó energía y firmeza. La vida del doctor Laso está muy unida a ciertas épocas y no es pasible escribirla sin entrar en pormenores muy in- teresantes. El fuerte del doctor Laso como escritor era el verso satírico y en es- pecial el epigiama: muchos son tan populares como los de Béranger. C o m ~ muestra copio el siguiente, que escribió en una fuerte polémica con un fraile ex- claustrado : El Diablo un tiempo emprendió Ser peor de lo que ha sido, Se hizo fraile y se salió, Para ser fraile salido. En su conversación privada era agradable, muy sentencioso y aficio- tiado a reducir a apotegmas los principios de la política y de la moral: es- cribió mucho sobre esto y su hijo conserva esos borradores que yo procuraré conseguir y publicar. DON ANTONIO GUTIERREZ DE LA FUENTE, GRAN MARISCAL Uno de los personajes que más figuran en la hictoria del Perú inde- pendiente es sin duda el Gran Mariscal, don Antonio G. de la Fuente. Desde la llegada de San Martín hasta hoy, no hay época notable en que no se re- presente un papel más o menos importante. Siempre han sido poco favora- bles los conceptos que se han tenido de él; por que no se ha querido estu- diar las causas, o se le ha juzgado como guerrero, más que como político. La lectura de millares de cartas privadas escritas a él y contestadas en lo más íntimo de la amistad y en 13 reserva de! misterio, me han puesto en capa- cidad de conocer profundamente al general La Fuente y juzgarlo con una exactitud fotográfica. Yo tuve en una época :deas distintas por que me dejé guiar por los escritos innumerables contra éste, publicados en tiempos de las pasiones dcminantes. Hoy en mi gabinete, rodeado de documentos mil, todos inéditos, recogidos de diversos archivos y leidos con frialdad y sin más mó- vil que el de ser fiel en mis narraciones puedo emitir mi juicio. Don Antonio Gutiérrez de la Fuente nació en Tarapacá: según datos bastante fundados debió nacer el año 1798, principió su carrera en el ejér- cito español en e1 Regimiento Dragones de la Unión y debió descubrir algún mérito, cuando pudo llegar a ser sargento mayor de cab~illeria:esta clase te- nía cuando en Mayo de 1821 se incorporó cll ejército de San Martín. Se le destinó a Trujillo a formar un Regimiento de Caballería. San Martín que tenia el don de saber buscar a los hombres, conoció que ia Fuente, que ya obtuvo el grado de teniente coronel, o comandante que es lo mismo, era muy apropósito para conseguir una nueva división auxiliar de las provincias del Plata. San Martín comisionó, pues, al comandante La Fuente cerca de los Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957
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