Fénix 12, 78-141

FENIX Bel'a como la rosa, que temprana, al despuntar benigna primavera, modesta ostenta, virginal, primera, ru belleza en el campo, sin rival; tierna como la tórtola amorosa que arrulla viüda, y de su bien perdido, la dura ausencia en solitario nido llora, y lamenta su incurable mal." . . . . . . . . ( 5 ) . Mas a las calidades anotadas, agrégase el gusto por el motivo nacio- nal, por el episodio histórico propio, por el paisaje nativo, -de cuyos tópicos 'es acabada muestra el Gonzalo-, separándose de la costumbre imperante de inspirarse en personajes remotos y en escennrios desconocidos. De esta últi- ma. es buen ejemplo el ensayo juvenil de Manuel Nico'ás Corpancho, ya men- cionado, "La Cruz de! Bardo" y la diferencia se aprecia al compararlo con los poemas de Palma y de Raárquez y hasta con el del propio Corpancho "Ma- gallanes", con el que incursioi~óiuego por mares y parajes más próximos, más reales, que el ambiente medieval de su primer ensayo y de su subsecuente drama. El paso de Arboleda, no obstante su brevedad, es brillante como el de un meteoro y tal vez si representa. el mayor impu!so de la transformación ro- mántica en materia de convencionalismos y de olvido de l : ~ imitación servil y pobre de la antigüedad, con su ejemp'o directo y eficiente de restauración de las tradiciones nacionales y con la novedad y la libertad propia de su ima- ginación y de su énfasis vibrante. Y su presencia en el Perú coincide no sólo con el nacimiento a la vida literaria de una nueva generación sino con el instante propicilo de la afirma- ción de una conciencia nacional que encuentra en !as modülldader; de la es- cuela romántica e! cauce amplio y sin represas para el tcrrcnte de su inspi- ración. Ya lo dijo Salaverry: "El clasicismo no es otra cosa que el despotismo del precepto lite- rario y la poesía de nuestros jóvenes vates, e! canto de la América, no puede someterse a otro yugo que el de la razón ni a otra ley que la de la naturaleza ni a otro imperio que al del genio de la liber- tad!" ( 6 ) . Es bueno recordar que el 28 de julio era la ocasión propicia para un desborde lírico del cual quedan como ejemplo -en oposición al españolismo bravío de Fernando V*elarde y sus agresivas estrofas "Al pabellón español"- los versos de Corpa.ncho "E! veintiocho de juiio"; los de Palma "A mi Patria, en el aniversario de la Independencia", en 1850; "Recuerdos Históricas" apa- recidos en "El Intérprete" y en "El Comercio" en 1852; "En el 28 de Julio", -- (5) José J . Ortega Torres, ''Histmia de la Literatura Colomhiar>a", Bogotá, Es. cuela Tipográfica Salesiana, 1934, p. 180. ( 6 ) Cfr. V. Garcia Calderón, Biblioteca de Cultura Perunila, París, Descl¿e de Brouwer, 1938, T. 8O, "Los Románticos", p. 11. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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