Fénix 12, 78-141

FENIX publicana tuvo mucho de bufo y de arlequinesco. Saturada de ideas y de priiicipios los más avanzados en la democracia, contrastó enor- memente con el atraso y la incultura del pueblo. Las prácticas de- mocráticas que son las que más exigen educacióri y moralidad pues- tas en manos de nuestro pueblo, tuvieron algo de simiesco y teatral. El ensayo de república fracasó, pues, en la práctica como en Isr; demás repúbicas sudamericanas. La transición del coioniaje a la re- pública, del absolutismo a la libertad, fué demasiado brusca. Y de la opos;ción entre el brillante lirismo de las doctrinas y !a burda visiGn de la realiadad nació un contraste propicio para la sátira" (30). Estas expresiones se aplican en cualquier país de América española; y haciendo un breve giro para enfocar el mismo asunto desde otro mirador, se puede aceptar que la razón está de parte de Mariátegui cuando sostiene que en estas Repúblicas "!a aristocracia colonial y monárquica se metamorfo- seó, formalmente, en burguesía republicana. El régimen económico-social de la colonia se adaptó externamente a las instituciones creadas por la revo!u- ción. Pero lo saturó de su espíritu colonial. Bajo un frío liberalismo de eti- queta, latía en esta casta la nostnlgia del Virreynato perdido'' (11). Hubo, no hay duda, una vez más. frustración en lo político y en lo social, y como fruto literario surgió esta nueva forma criol!a de la sátira, tal vez reminiscente, más bien, decepcionada, inconforme e inadaptada. Además, el fermento romántico aliñó muy cabalmente esa proclividad para la sonrisa con rictus de sorna, si, como dice Unamuno, el burlarse suele ser un modo de llorar, ya que la burla es el estilo de las a'mas desesperadas. Probable es que ningún clima pudo resu!tnr más favorable que -1 de Lima para que se diese cono floracion propia el estilo de la tradición, pero me inclino a pensar que fué, al mismo tiempo, un estilo que, por los motivos ya anotados, se ceñía muy a la medida a un estado de espíritu común a casi todos los países al Sur de Río Grande y a un momento de !a evolución his- tórica en e! cual aún no se había producido la diferenciación nacional de las circunscripciones territoriales segregadas de la metrópoli. En todas ellas exis- tía ese personaje colectivo que campea en la mente de Palma y que aún cuando cambia de ropajes para presentarse a veces como capitán de la con- quista, como oidor de la Real Audiencia, quizá como prelado o Arzobispo, las menos como general de la Emancipación, es siempre ur, mismo actor, ya conocido en el escenario de todos nuestros pueblos, sujetos, cual más, cual menos, a un mismo proceso de agotamiento después de una lucha superior a su capacidad de resistencia psíquica; temerosos de reconocer que la "gesta" había sido, por lo menos, prematura; imposibilitados -cual nuevos "emigra- dos"- de todo retorno, pero que no dejaban, de sos!ayo o a hurtadillas, de mirar a! pasado, cada vez más lejano y por ende menos malo y, a la moda, muy romántico. ( 1 0 ) R. Porras Barrenechea, Patronato del Libro Per::ano, S e ~ u n d s Festival, Vnl- verde S. A.> Lima, 1957, T . X , "Satíricos y Costumbristas", p. 11. ( 1 1 ) J. C . Rilariátegui, "Siete ensayos d e interpretacióil cic: la ieaiidad pexxalia", segunda edición, Biblioteca Amauta, Lima, 1953, p. j92. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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