Fénix 12, 78-141

DON RICARDO PALMA EN COLOMBIA 93 De paso, cabe anotar cómo fué de importante acertar con el nombre, para da-!e un sentido realista. C'aro está que, en priridad de verdad, la Pra- dición r c refugió en lo histórico para tener algo de realista, lo que hubiera perdido de titularie, simplemente, !eyenda, romance o cuento. Así, también, mediante este cuasi-realismo, resultó más fiel al romanticismo, aún cuando conlo todo e! movimiento romántico de América, esta fidelidad fué más su- perficial que profunda y no pasó, en definitiva, de ser lorna! e intrascendente. Que la tradición prende en toda América es ya un lugar común y no es mi propósito hacer una confrontación erudi.ta o bibliográfica. De México a la Argentina estuvo en boga el verbo fradicionar, cuya conjugación se inició en el Perú. Y como prueba, me remito al autorizado artículo de Clemente Pálma (12). Para la exp:.nsión de; nuevo genero coincidieron, favorablemente, la tendencia romántica, de un lado, y, de otro, el evidente condominio pro in- diviso de un mismo acervo en materia de personajes y de tipos -en la colo- nia, en la emancipación y en la república-, de fermento criollo y de espi- ritu satírico. Palma anota esta similitud y así resalta en !as páginas de su Epktolario: "Vlolviendo a su tomo de "Tradiciones y leyendas mexicanas" diré a usted -el dicho está destinado a Vicente Riva Palacio- que Lima y M&rico se parecen como dos gotas de agua en punto a con- sejas populares. Nuestro Zelenque es el D. Juan Manuel de ustedcs. "La mujer herrada" es leyenda también de mi tierra. La "Cita en la Catedral" -preciosamente versificada- nos es familiar. El bar- quichuelo de la "Mulata de Córdova" es el mismo en que se em- barcó nuestra Inés la voladora para burlarse de un inquisidor". En otra agrega: "Su tradición "Consultar con la almohada", está deliciosamente eje- cuteda. Fero, sabe Ud. amigo mío? Esa tradición es también pe- ruana. Nosotros la tenemos, siendo el protagonista un Obispo del Cuzco. Yo la borronée, entre otras que no consideré en mi libro, con el título "Lo que pesa en oro en Oropesa". Y más allá, emite este juicio cuya aplicación puede extenderse al ambiente de cualquiera de las antiguas capitanías: "México y el Perú son gemelos ,en todo lo que se relaciona con los tiempos del coloniaje: el micrno fanatismo, la misma argolla de sier- vo, ?as mismas preocupaciones e idbnticas costumbres sociales". Esta similitud se prolonga hasta el presente en materia de epígramcs y de consejas y es muy típico e! caso del General B***, a quien en Quito y Bogotá le asignan las mismas ocurrencias a lo Sancho o a lo Bertoldo que ( 1 2 ) C. Palma, "La tradición, los tradicionistas y las c o s ~ sSce 6o:l Piicari'o Pa! ma", en "Ricardo Palma 1833-1933", Saciedad Amieos de Palma, Lima, C. 1. P., 1931, p 217 y SS. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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