Fénix 12, 78-141
FENIX LOS LIBROS La vida de Palma comprende tres perícdos o capítulos principales, se- gún correspondan a su; actividades de poeta romhntico, de tradicionista y de biblatecario. En las tles ctapas, su vinculación con Colombia es efectiva, cordial y actuante; pero en la tercera, además, ha tenido su or.gen otra tra- dición: la del más noble intercambio posible entre los pueblos, cual es el de 'los libros, cuyo contacto y frecuencia nos lleva, según la frase estoica de Me- néndez y Pelayo, a la más serena, íntegra y desinteresacla contemplación que cabe al hombre, "al trato callado y no eilgafioso de los muertos". Cuando se le encomienda repoblar 'os vacíos anaqueles de la Biblíote- ca de Lima, cuyas estancias habían sido humilladas con vil uso, e inicia su recorrido epistolar En pos de volúmenes que reemplacen a los desasparecidos, como siempre su preocupación primera es el tema americano y dedica sus desvelos a dotar al salón "América" de la mayor riqueza en contenido y ca- lidad. De esos años datan muchas de sus cartas a personajes coiombianos, a las que ya me he referido, cuyas respuestas son siempre el anuncio del envio de nuevos impresos: "Espero que por estos días ya haya recibido Ud. la caja de obras que le remití oficialmente para esa Biblioteca", le escribe don José María Rivas Groot, a su vez Director de !a B~bliotecade Bogotá, en diciembre de 1888. No es de extrafiar, por eso, que en la prime- ra Memoria, después de cuatro anos de intensa labor, se anuncie que el cau- dal del Salón "América" totaliza 3725 ejemplares, de los cua!es 628, algo más de la sexta parte, corresponden a Colombia. Verdad es que, como dice en otro de sus informes, algunos de sus amigos, como Rufino Gutiérrez y José María Samper "casi mensualmerite han favorecido a la Biblioteca con el en- vío de los últimos libros que aparecen" (23). Cuando en el primer año del siglo, Alberto Uiloa y Cisneros parte a Colornbia como Ministro del Perú, lleva el encargo del Piesidente Romana de ofrecer a la Biblioteca de Bogotá una selección de obras peruanas, cuya entrega rea!iza por intermedia de la Cancillería de San Carlos. A este episo- dio no pudo ser extraño don Ricardo, unido a Ulloa por amistad heredada y por una común preocupación en achaque ctz libros, y a quien debió correspon- der, naturalmente, seleccionar y preparar el envío. Este fondo peruano 5e con- serva en Bogotá, en estante indrvidual, como se conserva todavía el recuerdo de la gestión diplomática cumplida por Ulloa, una de las más brillantes e in- tensas de las que puede ufanarse nuestra tradición internacional. Este gesto se repite de psrte y parte, pues en !J. Memoria de 1908 "que compendia 25 años de !abor7' se deja constancia de que: (23) R. Palma, "Epistolerio", op. cit., T. 11, p. 129 Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957
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