Fénix 12, 78-141

FENIX MAURO CORDATO * [3] CAPITULO 1 Séanos permitido dar una rápida ojerida 6 la epoca en que ricontecieron los sucesos que sirven de argumento á este romance. E l 26 de Julio de 1806 entró en Lima el Virrey D. josá Fernando de Abascal y Souza, caballero de! habito de Santiago, siendo pccos dias despues nombrado arzobispo el Illmo. Sr. Las-Heras. Durante su gobierno se concluyeron las fábricas del Cemeriterio General de Lima y del Colejio de Medicina llamado de San Fernando, hoy de la Indcperidencia. [4] Las ideas de emancipacion volcanizaban las cabezas. Lafayette y Washirigton marchando de triunfo en triunfo, habiaxi ya consumado la obra santa de hacer un pueblo libre; de erijir una nacion. E l Verbo estaba enclavado; ellos lo bajaron del Golgota. El cobarde rey Fernando, que sin valor para sostener en su frente la corona, entre- gaba aherrojado á sus enemigos al valiente pueblo español; ese rey de farsa y entremes, exasperó el sufrimiento de las colonias por medio de las gabelas continuas que les imponía. Y ¿qué mucho que Fernsndo, traidor á su padre Carlos IV, comerciante de la honra de su pueblo, fuese tambien un mezquino usurero para con las colonias? Por eso empezó en América á germinar la idea de la Independencia y á la idea siguió la accion y á ln accion el triunfo. La Amirica española estaba minada, faltaba solo una mano que condujese la antor- cha que debia ocasionar la esplosion. La sociedad limeña de aquellos tiempos estaba llena de fanatismo y preocupaciones. E l que no echaba de m6nos á la Iriquisicion estrañaba 6 los padres de la compañia. La juventud solo podía elejir entre Ias tres [C] carreras, íinicas para las que el por- venir le abria sus puertas. La toga. La sotana. La espada. Verdad es que hoy con ser republicanos y libres, segun se dice (cosa que yo me guardaré muy bien de propalar porque acá para mis adentros, tengo otra creencia) no he- mos adelantado mucho á este respecto. Presentado este incompleto cuadro de lo que eramos á principio del siglo del gas y del carbon de piedra, entraremos en materia. Y aqui como por via de episodio seanos licito contestar á los criticos dc: Lida, pobre hija de nuestros ratos de ocio, que al escribir nuestros romances no hemos concedido parte á la vanidad del literato sino á la inspiracion del hombre y del americano, qué hojea con ansiedad las pajinas de la historia de su patria. Reclamamos induljencia; pero no obstante agradecemos la censura porque, a Dios gracias, nos sentimos con fuerzas para aprovechar mucho de ella. CAPITULO 11 EL CAFE DE BODEGONES Era el domingo 8 cle Setiembre del año 1808. [ 6 ] . E l café de Bodegones, donde hoy solo concurren las momias vivientes para quienes el siglo 19 no ha logrado aun abrir las puertas del sepulcro, era eiitonces el lugar donde se reunía lo mas escojido de la juventud limeña. Y be aquí que las cosas, á imitacion de las personas, passn por terribles situaciones. Lo que ayer era emporio de la elegancia, hoy ha tenido que humillarse ante la moda y el buen gusto. Hacia el lado donde hoy se halla el billar, estaban varios jóverlcc, de la aristocracia entretenidos en una animada conversacion. -Pardiez, señores, decia uno, que el tal Mauro Cordato es hombre afortunado si (*) La cubierta del folleto en que apareció publicado reza así: ROMANCE NACIONAL / POR 1 MANUEL RICARDO PALMA 1 E1 autor dedica este romance Eí SU apreciable amiga fa señorita F. P. / LIMA 1 Tipografía del MENSAGERO , 1853 1 Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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