Fénix 12, 78-141
DON RICARDO PALMA EN COLOMBIA "Soy señora, vuestro mas sincero amigo!' El corazon de una mujer apasionada es un instrumento cuyas cuerdas víbrari al mas lijero impulso. Maria amaba á Mauro con todo el ardor de una alma americana, y no podia con impasibilidad leer lo que se le anunciaba en el anónimo. Lloró un momento, con aquel llanto salido de lo intimo del corazon, con aquelias lágrimas que vertidas por unos bellos ojos representan la epopeya del amor. -Iré á esa cita, dijo.. .. Yo descubriré este misterio. Y salió del vestuario. CAPITULO V Las seis de la mañana daba el reloj de los 1141 Deszmparados, y Mauro atravesaba el puente con dirección á la Alameda. Aquella mañana era de invierno. Pardas nubes encapotaban la atmlsfera y el sol luchaba por romper el manto que en rededor de su disco habia estendido la mano del Ser que rije las estaciones. Triste, muy triste es en estas horas, hallarse á solas en medio de los hrboles; por que si bien el alma quiere elevarse hasta Dios, el recuerdo de iluestros sufrimientos viene como una gota de acíbar á mezclarse entre las ilusiones del porvenir. La desgracia nos hace pensar solo en la tierra, y hasta dudar de la Divinidad. Mauro era desgraciado. Habia hecho un ídolo de una mujer; le habia dado su corazon por pedestal, y el ídolo no era mas que un pedazo de barro. Fatalidad! <Hay acaso un poder invisible que nos arrastra hácia tí? Porque en verdad, el desencanto en amor seca la sabia de esa flor delicada que llamamos el sentimiento. Felices los que amando por primera vez no habeis apurado aun hasta las heces el caliz del desengaño! Felices los que viven porque sienten! Dos horas llevaba ya Mauro de paseo en la Alameda y comenzaba S tranquilizarse por que su amada no venia. Ya se reprochaba sus celos y estaba resuelto á lanzarse á los pies de [15] Maria y rediríe perdon porque habia dudado de su cariño. Ya volvia á ser feliz; cuando jmaldicion! fijó sus miradas en un estrenio de la Ala- meda y vió aparecer Gistintamente las iormas esbeltas de su María. Llevó la mano á su puñal, tocó el mango de una pistola, y cayó desplomado sobre un banco de adobes, diciendo: -Ira de Dios ¡Me vendia. . . . ! Me engañaba. .. . ! CAPITULO V I CATASTROFE Reunidos se hallaban en el café de Bodegones los mismos jovenes de quienes nos ocupamos al principio de este romance. Uno de ellos leia á los demas las siguientes lineas consignadas en un periódico: "Ayer lunes 9 se han cometido dos crímenes espantosos en esta capital. La Perla sin compañera, actriz favorita del público, fué asesinada en la Alameda de la Recoleccion de los Descalzos por Mauro Cordato, su amante, en un arrebato de celos. Intentando la justicia aprehender al criminal, éste se descerrajó un tiro á bala que diez minutos despues le ocasionó la muerte. "El Exmo. Señor Virey ha ordenado de [16] acuerdo con el Señor Arzobispo, que el cadáver del suicida sea privado de sepultura eclesiástica. "Ultimamente se ha dispuesto sea enterrado eri la Alameda hácia el sitio del Paseo de Aguas." CAPITULO V I 1 CONCLUSION -Desgraciados amantes! pensaron algunos. Uno de los jovenes y el Conde de Santella se dirijieron una mirada de inteligencia, y el último con sonrisa diabólica dijo: -Ya me sabia yo que esos amores habian de tener un fin.. . .como de trajedia. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx