Fénix 12, 78-141

DON RICARDO PALMA EN COLOMBIA 83 necesidad de melancolía y de ensoñación del romanticismo naciente; o can- tos enteros de "Ea Jerusalem Libertada", del Tasso, que dentro de su clásico formato, tenía un acenfio épico al que eran muy sensibles los co!egiales de entonces. E1 afán de mantener sin tregua, cual era su carácter, la lucha política, lo colocó en rápido contacto con la actividad periodística; y su vocación li- teraria lo llevó a frecuentar de inmediato los círculos intelectuales. Traía en su cartera un poema que seguía la tendencia romántica española de resucitar la poesía épica siguiendo la forma más suave y más dúctil de la leyenda, tal como la había consagrado el Duque de Rivas, como había debido ser "Gra- nada" de Zorrilla y también dentro del mismo estilo de Espronceda con su "Pelayo". Aquí, el modelo parecía más cercano, más inmediato, tanto en la versificación escogida, pues Arboleda sentía especial predilección por %aoc- tava real, cuanto por la sonoridad del lenguaje. "El Intérprete" acogió la co- laboración de Arboleda y publicó 56 estrofas de su poema "Gonza30 de Oyón". En la edición del 28 de febrero de 1852, se dice: "El señor Julio Arboleda, granadino asilado en el Perú, nos ha fran- queado el manuscrito de una leyenda. La obra está trunca porque el autor ha perdido muchos de sus papeles en sus recientes visici- tudes y además está inconclusa. Sin embargo, hemos tomado de ella algunos fragmentos que iremos publicando". Así fué como, por vez primera, se dió a la imprenta la obra de Arbo- leda que más tarde habría de darle merecida fama, siendo, pues, páginas li- meñas las que consagraron su perennidad, como limeñas serían las prensas que acogieron, también como primicia, muchos años después, la inspiración de otro insigne vate colombiano, Juan Lozano y Lozano, que pubiGcóen esta capital, su primer volúmen de versos, "Horario Primaveral", en 1923. La permanencia de Arboleda en el Perú es demasiado corta como para atríbuirle una importancia decisiva en la formación de la generación román- tica, pero es, de todos modos, muy reveladora la coincidencia entre su pre- sencia en Lima y la aparición de varios poemas o, mejor, la publicación de romances históricos tales como "Manco Cápac" de José Arnaldo Márquez y "Magallanes" de Manuel Nico!ás Corpancho. También por esos días se pu- blica "La Cruz de Eimatambo" de Aníbal Víctor de la Torre y Corpancho revela ("El Intérprete", del 8 de mayo) su poema "Ea Cruz del Bardo -cuen- to del siglo XII-" que según la presentación del periódico es "uno de los primeros ensayos literarios del doctor Corpancho, una de esas inspiraciones que, siendo aún muy joven todavía, le sugirió después el plan del "Poeta Cruzado". Simultáneamente, el mismo papel acoge un "cuento nacional" del es- tudiante Manuel Ricardo Palma, titu!ado "Flor de los Cie!osn, compueseo de una introducción y de cinco partes, que comienza a publicarse el 10 de mayo y concluye el 15 del mismo mes, con la anotación inicial de estar "dedicado al poeta granadino Julio Arboleda". Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.12, 1956-1957

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