Fénix 13, 1-82
y con la riqueza que tienen su culto, estaba muda sin fin la hartnonia, que necesitaba para sus oficios. Aqui es, donde, después que S. Exc. oye la primera Missa en su Ora- torio privado, como lo haze todos los dias del año, solemniza todas las Festividades, para que multiplicada la Prudencia por lo duplicado de la Devoción, le toque a cada providencia dos aciertos, y a cada despacho dos felicidades: y aqrri es donde al siguiente día de su entrada le celebraron los Capellanes Reales con solemne Missa oficiada por la referida Musica, la Accion de gracias por tan deseada y tan grande fortuna". (Pe- ralta: Lima Srivmpbante, 1708 - Transcripción de Romero Sotomayor) .- "Todos los lunes se juntaban por la noche en Palacio los mejores ingenios y se contraían a la poesía y otros ejercicios ... Las academias tuvieron principio el 27 de setiembre de 1709 y duraron hasta que el Virrey murió (22 de abril de 1710). Antes de empezar las tareas, y en los intervalos de ellas, los mejores músicos de la ciudad distraían y excitaban el ánimo de los concurrentes ofreciendo a sus oídos escogidas piezas, a tieni- po que se convidaba y servía a la reunión con los obsequios que Iiscían preparar el buen gusto y la urbanidad del Virrey. .. . No escapó la Academia de los tiros de la maledicencia. La censuraban con injusta severidad, diciendo que se hahia convertido el palacio en teatro. . ." (Manuel de Mendiburu: Diccior~arioXistórico CiogrúJico del Prrir, t. VIII, pp. 234/35). V. el artículo TORREJ~N .a! CARPIO,Roberto - Coinpositor, n. eil Arequipa, fcbrcro 23, 1000, hijo de Faustino del Carpio y Cipriana Valdés. Su padre lo inició eii cl es- tudio del piano, que más tarde trabajó brevemente con Luis Duiicker y con Francisco Ibáñez. Pero el piano como simple vehículo de sus inquietudes musicales, que pronto dieron fruto en finas páginas para ese instrumento y para canto, únicas formas que hasta hoy iritegraii el repertorio de este nlúsico, sustentador de un estilo depurado y se- vero. Atento más a las esencias que a las superficies tipistas de la música indígena peruana, Carpio desarrolla su concepto músico den- tro de un escuetisnio por completo libre de esa retórica tan linbitual en los cultores de lo folklórico, que nada o muy poco interviene cii sus creaciones. Lirismo coritcnido el suyo, se mariificsta prcfcrenlc- mente en sus canciones, sobrias de forma, muy concretas en su fuii- ción expresiva y siempre de elegante línea. En sus piezas para piano se niarca también esa conducta que sacrifica invarialtlerricnte toda posibilidad de exteriorización virtuosista en beneficio cle lo esericial de su propósito comuiiicativo, mantenido con nobleza lirieal y basado en una estructuración harmónica que avanza sobre lo habitual g lo trillado para asumir, cori nzesura consciente, la representación ge- nuina de su época. Es una música perfectamente ubicada eii su tierii- po, pero libre del calificativo de "moderna", que suele usarse más con la intención de adoptar una actitud que para definir la verdad de una aptitud. Aptitud legítima en este caso, demostrada sobre todo por el hecho de tratarse de un compositor absolutaixiente aritodidacta. Dotado de un raro sentido autocrítico y de un equilibrio itutovalora- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.13, 1963
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