Fénix 13, 1-82

ClIIA MUSICAI, DEI. PEKU 7 de una personalidad musical, JT Castañeda, algo decepcionado de su tierra, resolvió conocer otros niundos y satisfacer otras demandas dc su inquietud intelectual. Visitó el Japón y la China, país este ÚIti- m0 cuyo idioma le interesó tanto que logró dominarlo al punto de poder escribir y editar una Grainática Chino-Castellana. De nuevo en Lima, si 1,ieii hubo dc comprobar que la enseñanza de la compleja lengila de Con-fu-Ts6 no podía constituir una actividad de mucho bxito, tuvo en cambio la grata sorpresa de verificar que durante los aííos de su arisencia por las regiones asiáticas, la vida musical liiiie- ña Iiabía evoli~cionadonotal.,lemente. Así se lo demostró la sociedad de Lima al ser solicitado por numerosos alumnos de las principales familias cle la capital. Castañeda experimentaba un especial deleite en la educación niusical clc la juventud y llegó a constituirse en el primer profesor de Lima, al que acudieron, durante tina actividad de tiacinta años, los mejores talentos locales, que él perfeccionó con no superada eficacia. Tuvo entre siis alumnos a un músico que más tar- de habría de lograr sobresaliente posición en nuestro niundo artístico: José María Valle-Riesira. Ejecutante cuyo arte recuerdan con admi- ración ciiantos lo escucharon, don Benjamín Castañeda puede decir- se que no vivía sino para el piano. Pero un día hubo de cerrarlo para siempre, hondamente afectado por la prematura muerte de su hijo iiiayor, en cuya refinada inteligencia había cifrado sus más caras es- peranzas. Sólo sobrevivió it su primogénito tres afios, pues falleció a los sesentisiete, con gran pesar de la sociedad de Lima. Dotado para la composición, su natural modestia le hacia rechazar toda irisinua- ción en ese sentido: ''¡Hay tanto bueno en música!", era su severa y sincera excusa habitual. Sin embargo, accedió en una oportunidad, vencido por la insistencia de buenos amigos, y escribió una Galopa de Concierto, para piano y orquesta, que.. . no quiso tocar en público, lo que le disgustaba profundamente, limitándose a hacerlo sólo en la intimidad liogareña o para dilectos amigos. Escribió también un hre- \-e Tratado cle Hannonia, que no llegó a editar, justificándolo única- niente como obra para sus hijos. Muchas de sus alumnas brillaron como ejecutantes de conciertos y en las tradicionales "veladas" lime- fías, en cuyos programas empezaron a tener cabida, gracias a la culta irifluencia de este maestro, las sonatas de Haydn, Mozart, Beethoveii y otros autores clásicos tenidos por entonces como muy avanzados y difíciles de comprender. Al lado de los Rebagliati, de Francia, Pasta, Berriola, Cadenas, Ugarte, Valle-Riestra y otros maestros peruanos y extranjeros, Castañeda fue uno de los más valiosos contriliuyentes al clesarrollo dc la cultura musical de Lima. Era casado con una dis- tinguida pianista limeña, doña María Luisa Scotland de Castañeda, que fuera predilecta alumna suya, inuy lucida en conciertos y vela- das y fallecida en 1945. A su bondadosa colaboración debimos los in- tereqantes datos que hoy titilizamos aquí sobre la vida del recordado Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.13, 1963

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx