Fénix 14, 147-249
ANTONIO VAZQUEZ DE ESPINOSA El cronista Vázquez de Espinosa es el tercero -en ordm cronológico- que se ocupó de las ruinas de Chavín. Por !o que afirman sus biógrafos, su obra fue escrita en 1628 ó 1629. Según trasciende por un pasaje de su obra, años antes, exactamente en 1614, visito el pueblo de Chavín y conoció las ruinas de este nombrez1. De esto se desprende que también la descripción de Vázqucz de Espinosa, como las dos que la antecedieron, corresponden a referencias recogidas en el lugar. El carmelita Antonio Vázquez de Espinosa es el único autor del que tenemos noticias se ocupara durante el siglo XVII de las ruinas de Chavín. Después de él se presenta una laguna de más de un siglo, durante la cual no hallamos alusión alguna a esos monumentos. La enciclopédica obra titulada Compendio y descripción de las Indias Occidentafes necesitó muchos ailos de prolija labor y extensos viajes para recolectar todos los valiosos datos que reúne. Se da en ella, fundamental- mente, referencias de carácter geográfico-estadístico. A través de las infor- maciones que contiene, podemos reconstruir perfectamente las divisiones po- líticas y eclesiásticas del territorio peruano del siglo XVII. Sólo parte de estos datos los obtuvo Vázquez de Espinosa indirectamente, la mayoría los recolectó él mismo, durante sus largcs viajes cuyo itinerario se puede seguir fácilmente a través de la obra. El manuscrito que, como dijéramos, data del primer tercio del siglo XVIX, fue ignorado durante varios siglos, hasta que en 1942, Upson Clark, su descubridor, lo di6 a publicidad traduciéndolo al inglés. Felizmente años después, el Instituto Smithsoniano encargó al mismo Upson Clark el cuidado de una segunda edición, en el idioma original del manuscrito, redactado, como es sabido, en lengua castellana. La buena calidad del papel y los índices que se incluyen al final, hacen que esta edición sea ejemplar y fácil en su manejo. Empero, la ausencia de anotaciones aclaratorias en el texto y, por otro lado, el criterio poco uniforme seguido en la trascripción del rnanus- crito, le restan algo de mérito. En efecto, la falta absoluta de notas, difi- culta la tarea del investigador notablemente. Los "meses" empleados por Upson Clark para la "modernización" de las toponimias y las consultas que hizo a "diversos sabios" al respecto, parecen no haber dado resultados del todo satisfactorios2*. Por una parte, la aludida "modernización", que debía -- 21 Vázquez de Espinosa, 1948, p. 457. 22 Entre los "sabios" que cita Clark, aparece la Sra. Eulalia Guzmán, del Museo Nacional de México, quien le prestó útil ayuda en la modernización, de las toponimias centroamericanas. Por los errores que aparecen en los nombres de lugares peruanos, vemos que no consultó a ningún especialista en cuestiones andinas. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.14, 1964
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