Fénix 14, 147-249

204 FENIX COMPARACIONES ENTRE CHAVIN Y TIAHUANAC0.- Fue por setiembre de 1908, cuando Markham daba a conocer su trabajo en el cual aborda extensamente el problema de las relaciones entre Tiahuana- co y Chavín. Dos años después este estudio, titulado A compasison of the ancient peruvian carvings and the stones of Tiahuanacu and Chavín era pu- blicado en las Acfas del XVIo Congreso Internacional de Americanistas, ce- lebrado en Viena, en una de cuyas sesiones había sido discutido 200. Por aquella época Markham editaba también su síntesis Los Incas del Perú (1910), vertida al castellano en 1920. En uno de 10s capítulos de esta obra, destinado al estudio de la llamada "Era Megalítica", Markham repite loc mis- mos conceptos que sobre Chavín y Tiahuanaco, nos adelantara en su ponencia citada del Congreso de 1908 201. Verdad es que las semejanzas enne los gra- bados de la portada monolítica de Tiahuanaco y el de los de la piedra de Chavín, ya habían sido revisadas por el sabio Raimondi, y posteriormente por otros estudiosos, pero las apreci,aciones de Markham, superaron en extensión y profundidad los estudios vertidos hasta entonces sobre este problema. Conocido es que Markham dividía los tiempos prehispánicos en dos épo- cas: la Era Megalífica y la Epoca Incaica. En la primera de ellas coloca el monolito Raimondi, que analiza detenidamente a través de sus diseños y com- para, como queda dicho, con los que muestra la portada de Tiahuanaco. Nos dice que en ambas figuras se "expresa una misma concepción" y que debieron representar "el genio de un mismo pueblo y de una misma civilización", si bien en distintos períodos, de los que el último corresponde a Chavín" 202. Esa antigua civilización de la "Epoca Megalítica" se extendía, según Markham, desde el Tucuman hasta Chachapoyas y tenía como "capital política y cul- tural" a Tiahuanaco. Por lo dicho se colige qcie el famoso "Imperio Megalí- tico" de Markham -y con él Chavín- venía a identificarse con lo que se conocía en otras palabras por "Imperio Tiahuanaco o Aymará" y, sobre cuya existencia, tanto antes como después de Markham, se emitieron copiosas y divergentes opiniones. Markham, en conciusión, asegura que tanto la Piedra de Chavín como la monolítica portada de Tiahuanaco, si bien eran expresiones de una misma cultura, diferían por la época de su construcción en "uno o dos siglos". Mien- tras en la portada, dice, se observa un arte primitivo, sencillo y plenamente simbólico, en la Piedra de Chavín aparecen dibujos refinados y de decadencia, cuya ejecución confusa y recargada, parecen "convencionales y exentas de simbolismo" 203. Como puede verse, las ideas de Markham no son las que han 200 Markham, 1910a, Zweite Halfte, pp. 389-394. 201 Markham, 1910b, capt. 11, pp. 19-33 (la paginación correspondiente a la Ed. castellana de Lima, 1920). Sobre Chavín consúltese especialmente las pp. 29-31. 202 Markham, 1910b, p . 31. 203 Markham, 19lOb, p . 31. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.14, 1964

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