Fénix 14, 147-249
LOS ESTUDIOS DE CHAVIN 223 No obstante que la contribución arqueológica de Tello es incuestionable, quedan aún muchos interrogantes pendientes; la xelación de las expresiones de lo que llamamos la "familia Chavín", p . ej., y hasta que punto intervienen otros factores no Chavín en el Formativo peruano. Tello llegó a enfocar al- gunos de estos problemas. Tal el caso de la difusión de lo Chavín en el Perú. No obstante los años que median desde su muerte -acaecida en 1947- las discusiones al respecto no han trascendido los Iímitese de la esfera de la hipótesis inicial; en realidad casi no han sido trataáas en los últimos años en espera de mayor documentación. Naturalmente que la sed por mayor doc~i- taeión es justa, pero no se apagará jamás y es necesario proceder, cada cierto tiempo a un balance basado en la data existente, so pena de quedarnos eterna- mente almacenando material; la presente generación debe llegar a sus conclu- siones particulares también, de visión general, de tiempo en tiempo, a base del material individuzl que se descubre día a día, se mide, pesa, describe y se almacena en los museos. Así como la tesis de la difusión de lo, Chavín de sierra a costa sigue en discusión, de igual modo la teoría de que las ruinas de Chavin de Huantar -yacimiento epónimo- representen el foco de disper- sión de las expresiones de tipo Chavín que expuso el Dr. Tello no cuenta con la aceptación de un sector de los estudiosos, aunque es verdad que no se ha encontrado un sustituto. La posición de Sechín, sigue siendo un misterio, des- de que Tello descubriera este importante sitio arqueológico en la década del treinta. De las conclusiones teóricas de Julio C. Tello queda recapitulando, un hecho incontrovertible y fundamental en los anales de la arqueología pe- ruana: la constatación de las expresiones culturales, formativas, centralizadas en lo que viene llamándose "Chavín", a través de una dispersión amplia en el Perú -conforme lo intuyera Middendorf en el siglo pasado- y la consi- guiente situación tanto cronológica como de precisión de lo Chavín en las se- cuencias más antiguas en la alta cultura peruana Entre los peruanos que aportan al conocimiento de la cultura Chavín entre 1919 y 1964, figura muy especialmente Don Rafael Larco H~oyle,descu- en estado cultural incipiente. El factor "Antecedentes" cuenta aqui; si L dedicación a una agricultura "establecida", basada en el maíz, motivó el cambio, de cultura incipiente a cultura alta, habría también que contestar los motivos que llevaron a esta condición. Se ha querido establecer que el maíz es oriundo de la región peruana -como sí lo fueron otros muchos cultígenos-, pero es necesario establecer sobre todo Ia idea en el aprove- chamiento de tipo superior de la tierra. Es verdad que se encuentran algunas expresiones de tipo superior en nuestros estratos pre-Chavín, en la Costa, pero éstas aparecen salpi- cadas e intrusivas -sin el contexto necesario- y son posiblemente debidas ya a introduc- ciones iniciales, poco consistentes todavía, de grupos portadores de lo que se entiende por alta cultura; venidbs, según el peso de la data actual, de lugares donde son anteriores estas manifestaciones; y no de la selva, donde se hace difícil comebir se haya gestado los dis- tintos elementos propios a una alta cultura. (KAUFFMANN DOIG: "Origen de la cul- tura peruana. Lima, 1963; "Aloctonismo de Chavín". Lima, 1963). 5 Lo anterior a lo Chavín pertenece a un mundo de cultura incipiente. Es necesa- rio entrever que existe una división tajante en el proceso del desarrollo cultural peruano. Lo anterior a lo Chavín se refiere a culturas preagrícolas y de agricultura incipiente; lo C h d n es una manifestación cultural de agricultores, con elementos que se desprenden sólo de esta actividad económica (KAUFFMANN DOIG, 1961, "Descubrimientos pre- Chavín en la Arqueología peruana" y 1963, Tres etapas pre-Chavín"). Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.14, 1964
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