Fénix 15, 127-170
BIELIOGRAFIAS XYACIONALEC 129 post-guerra, y de manera muy particular el latinoamcricaco. Ei cauteloso manejo de las divisas, su escasez obligó a algunos paises habituales clientes de la industria argentina del libro, a demorar sus pagos de manera conside- rable, o a regular con severidad sus compras e importaciones estableciendo cupos que afectaron de inmediato el rnovimier.:~ normal de nuestras expor- taciones. Estas circunstancias que se fueron agravando paulatinamente a par- tir de 1948 sembraron la incertidumbre acerca del comportamiento de los mer- cados, convirtiendo la producción del libro y su ulterior comercialización en una verdadera aventura. Importantes nercados del libro argentino se retra- jeron ostensiblemente o anularon sus compras por pericdos prdongados. En algunos casos, y por perlodos extensos, se congelaron los pagos, motivando en el comercio exportador angustiosas situaciones financieras E n otros, como en el caso de México, importante mercado psra nnestro libro, se impidió el ac- ceso del libro argentino por la ortodoxa legislación scbre pagos en dos largos períodos: 1948-1951 y 1955-1957. El entorpecimiento general del comercio de exportación y la imposi- bilidad absoluta de una adecuada previsión acerca del comportamiento de los mercados americanos, la excesiva prolongación de los créditos a l exterior, así como las circunstancias de orden interno que ya hemos anotado, trajeron aparejada una crisis financiera e intensísima descapitalización que la indus- tria no pudo superar por sus propios medios. En 1948 el gobierno, procuro solucionar esta situación dictando la ley 13049 de Fomento Editorial, por 18 cual se destinaba un fondo de m$n 25.000.000 para créditos a las editoriales, en condiciones liberales y a bajo interés, que proporcionó un alivio momen- táneo a la industria pero que no pudo resolver sus problemas de fondo. Re- sulta claro que hasta ese momento de apogeo la industria argentina se habla desarrollado favorecida por la falta de una competencia energica o por me- jor decir, por la falta de competencia. Poco tiempo después de terminada la guerra civil española, la madre patria torna a prestar atención a una indus- tria que le era conspicua y tradicional: el libro. El Instituto Nacional del Libro Español se convierte en un mecanismo ágil, dinamico y empeñado de- cididamente en una política oficial de expansión del libro español en Ame- rca. Esta política se hace extensiva no sólo a la comercialización, que se fa- cilita de todas maneras, sino también a la producción en todos sus aspectos: papel, impresión, encuadernación, derechos de autor. La actividad editorial española, paulatinamente se moderniza, no sólo en la presentación material del libro, sino también en el contenido de sus catálogos, que incluyen todo lo moderno que se produce en materia científica y literaria con las limitaciones quc impone la censura, que también se ejerce sobre los libros importados. La política oficial de fomento que inspirada por intereses de expansión cul- tural es bien orientada por editores de experiencia, se complementa con una buena organización comercial en el exterior, causas todas que llevan al Ebro español a una total recuperación ya para 1947, año en que su competencia se hace enérgica y difícil de superar. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.15, 1965
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