Fénix 15, 127-170

LA INDUSTRIA EDITORIAL 159 pocos ejemplares; así sin propaganda, ni comentarios periodísticos, sus libros pueden quedar en las librerías muchos meses, y si a esto agregamos que el público lector es muy reducido, tenemos que hay muchísimas obras de edicio- nes cortas que no se llegan a agotar. Se dan casos de obras que aparentemente están agotadas y sin embargo el autor puede tener en su casa una cantidad de ejemplares. Editar un libro es casi siempre esfuerzo del autor y resulta tan caro, que no siempre puede hacerlo. La producción de obras es limitada por estos incon- venientes. Por otro lado la creación de premios por el Ministerio de Educación y luego por la Casa de la Cultura, estimula la creación de obras literarias y de investigación; aún así ha habido años en que se han declarado desiertos al- gunos premios, porque las obras no alcanzaban la calidad necesaria y se han dado casos de obras premiadas sin alcanzar el valor necesario. Muchos autores prefieren editar en el extranjero, pues les sale más barato, editan en México, Chile, Argentina y en España. A pesar de todo el Perú es un buen mercado de libros, pues se importan impresionantes cantidades, sin embargo en el país no se publican muchas obras ni mucho menos se traducen libros; el mercado está acaparado por la impor- tación y el costo de los libros es elevadísimo, más aún si se trata de obras cien- tíficas. Para estudiar medicina, el alumno tiene que ser adinerado. Lo que contribuye especialmente a encarecer la industria editorial, es el papel, que se importa. Así para imprimir una obra de 100 páginas en 1000 ejemplares, el precio no baja de 30,000 soles. La industria periodística también se ve afectada por este problema. a esto hay que sumar n~uchosotros gastos. No existen subvenciones directas del Estado. El Gobierno dio hace pocos años una ley llamada de Promoción Industrial, por la cual se exonera de impuestos a toda la maquinaria de cualquier industria que se establezca por el término de 10 años. Así se han podido establecer modernas máquinas Offset que han mejorado notablemente la impresión de muchos textos y revistas. Los problemas que afectan la edición de obras literarias se hacen m& agudos en las obras científicas, porque su edición es de por sí más costosa. Las universidades e instituciones particulares son las que editan este tipo de obras, en folletos y revistas. Lo que sí es una industria floreciente es la de los textos escolares. Fun- cionan algunas escuelas tipográficas, anexas a algunos colegios que tienen im- prenta. Muchos de los libros que ellos imprimen son textos obligatorios en los colegios y ya están muy acreditados; los capitales provienen de congre- gaciones religiosas. Hay otras editoras pequeñas que también se mantienen con éxito. Con la moderna industria del Offset, se imprimen textos a colores, mapas, revistas, etc. En las provincias es poco lo que ha avanzado la industria editorial. Hay tres ciudades que mantienen una producción constante, aunque poco nu- trida, son: en Arequipa la Imprenta y Editorial El Deber; en Cuzco, la Editorial H. G. Rozas; en Trujillo, la Imprenta y Editorial La Industria. En otras ciudades las ediciones son esporádicas. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.15, 1965

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