Fénix 15, 127-170
LA INDUSTRIA EDITORIAL 163 Creo que hay que tener muy en cuenta los tres tipos en que ordeno las distintas Repúblicas, pues en cada caso hay que orientar de modo diferente :a política de iniormtición bibliográfica, así como la de adquisición de pu- blicaciones. Dejo de lado el caso de los Estados Unidos, gracias a cuya actividad editorial, tanto en la de las empresas privadas, como en la de los organismos oficiales y en la de las entidades sabias, ha alcanzado a ser una de las prime- ras del mundo. Norteamérica constituye un hecho aparte en el Continente Americano. He de limitarme a los países al Sur del Río Grande, desde Méxi- co hasta Argentina y Chile, que dentro de sus rasgos y aspectos diferenciales ofrecen un panorama de valores comunes que han de servir de base para mi consideración. Desde este punto de vista es posible clasificar, en líneas generales, los países hispanoamericanos en tres grupos: Países que publican para su propio consumo y también para la expor- tación. En ellos las empresas editoriales privadas alcanzan fuerte producción, al lado de las publicaciones oficiales. Tal es el caso de Argentina y México, en primer lugar, y el de Brasil y Chile en menor proporción. Cuba estaba en este grupo hasta hace pocos años. (Naturalmente, los Estados Unidos están en pri- mer lugar dentro de los países de este tipo); Países en que la vida editorial está centralizada eminentemente en una entidad. Es el caso de Ecuador, donde la Casa Ecuatoriana [tiene a su cargo ia] publicación de 1s mayor parte de las obras que se imprimen; y Países en los que predomina la edición de obras iniciadas o auspicia- das por organismos de carácter oficial o por entidades cuyos presupuestos dependen de asignaciones oficiales. Así sucede en gran número de Repúblicas americanas. Tal es el caso de Venezuela. En los capítulos B y C la actividad editorial privada es escasa o de poca significación. Como toda clasificación, esta ordenación tiene el defecto de ser exce- sivamente esquemática, pero pienso que con ligeras variantes de matiz per- mite encasillar en uno u otro grupo cada una de las Repúblicas americanas de habla castellana, portuguesa y francesa. El interés que tiene esta clasificación no es otro que el de tener un punto de partida sencillo para la preparación y organización de planes. No es un intento de definición ni de precisión de datos para cada pueblo americano. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.15, 1965
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