Fénix 15, 127-170
LA INDUSTRIA EDITORIAL 131 bibliográficos celebrado por nuestro país y México, en el año de 1951, que planteó numerosas dificultades y situaciones confiictivas. Difícil y con mu - chas alternativas ha sido también el intercambio de libros con Chile, encua- drado también dentro de los términos del convenio general. Ante ia reiterada solicitud de los editores, que recuerdan el apoyo y subvención que España otorga a su libro de exportación, que llega hasta e! 72,5% del valor de factura, el gobierno argentino resolvió en agosto de 1953 otorgar una subvención de $ 6 m/n. por dólar que se recibiera del exterior en concepto de pago de exportaciones de libros argentinos. Esta circunstancia se tradujo en neto beneficio para el cliente del exterior, que sobre los descuen- tos habituales recibió una bonificación especial autorizada del 30%. Se lo- graba así, cuando el dólar del mercado libre se cotizaba a $ 14. m/n., un dó- lar de $20. m/n., y un considerable abaratamiento de nuestro libro de ex- portación. En la práctica el abaratamiento subvencionado del libro ar- gentino no se reflejó realmente en el movimiento editorial c i en la exporta- ción, ya que los importadores extranjeros, en su mayor parte, no hicierorl efectivo ese descuento a l cliente, vale decir al lector, que prosiguió adquirien- do los libros a los precios de siempre. Al producirse en octubre de 1955 la modificación general de los tipos de cambio así como de las normas cam- biarias, se anuló el régimen de subvención de las exportaciones -subven- ción cuyas liquidaciones, a l ser muy lentas, provocaron inconvenientes finan- cieros-, resolviéndose, en diciembre de 1956 el levantamiento de todos los controles que pesaban sobre la exportación del ':ibro argentino. A partir de octubre de 1955 tanto las importaciones como las exportaciones de libros se realizaron al tipo de mercado libre. Con respecto de la reexportación de libros extranjeros 'las autoridades han mantenido las restricciones anteriores, discu- tiéndose en este momento el problema en la Cámara Argentina del Libro, co- mo asunto de capital importancia dentro de los planteos de una política in- tegral del libro argentino. 2. Situación actual. La casi totalidad de la industria editorial argentina está radicada en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Sólo algunas pocas editoriales -y al decir esto nos referimos concretamente a las editoriales comerciales- están radicadas en alganas ciudades del interior, como Rosario, Santa Fe, Córdoba y Tucumán. En la actualidad se estima que existen en producción cerca de 160 editoriales, considerando solamente las nóminas sociales que ad- juntamos. Pero existen en plaza firmas y selios numerosos, no agremiados, di- fícilmente empadronables, con una producción ocasional y en circunstancias de cierto volumen. Debe sumarse a estas editoriales la actividad que cum- plen diversas instituciones oficiales: Ministerios, reparticiones autárquicas, universidades y organismos oficiales y privados de cultura. Cabe agregar aGn la tarea editorial cumplida por los autores mismos, particularmente en el Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.15, 1965
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