Fénix 15, 127-170

134 FENIX como en el externo, es la forma tradicionalmente demorada de los pagos. Es- ta modalidad comercial es en parte secaela del régimen anteriormente muy ex- tendido de la venta en consignación, que la situación financiera ya no per- mite. La competencia, por otra parte, exige adecuarse a condiciones muy li- berales, en cuanto a los plazos, con la consiguientte tolerancia y extensión en el ciclo de recuperación de la inversión. Esta circunstancia, notable en el mercado interno, se agrava en cuanto se trata de exportaciones que con fre- cuencia tardan hasta dos meses en llegar a destino. No debe olvidarse, ade- más, que durante todo el lapso que demora el viaje de la mercadería y el re- ingreso de su pago, el exportador financia los gastos (embalaje, franqueo y seguro) que término medio suponen un 8 Ó 10% dt-; valor neto de factura. En genera1 son escasos los pagos anticipados de mercadería, calculándose que término medio e reingreso de los pagos por exportaciones demora entre seis y nueve meses, y en algunas circunstancias hasta un año. El despacho de la mercadería al exterior, en su mayor parte se realiza por la vía postal, que asegura una mayor rapidez y la entrega directa al cliente. Ea forma de pago se regula normalmente de acuerdo con ei conocimiento y antecedentes que se tiene del cliente, monto de !a operación, características del mercado, etc. Buena parte de las firmas exportadoras despachan la mercadería consig- nada a un banco de la plaza receptora, con letras escalonadas en los plazos previamente convenidos. Pese a estas circunstancias ocurren quebrantos y demoras imprevisibles que inciden fuertemente en las finanzas de las empre- sas -como ha ocurrido recientemente con Colombia, que mantuvo durante dos años congdados fondos para el pago de in~portaciones,sin que se auto- rizaran transferencias-, y que hacen particularmente riesgosa la acción de firmas distribuidoras al exterior, que adquieren la mercadería de los produc- tores, en plazos más rlgidamente establecidos. Este hecho es el que indujo a algunas firmas editoras y a la vez distribuidoras, a renunciar a esta activi- dad, concretándose a exportar su propia producción. Como ya hemos expresado anteriormente, la exportación se realiza al tipo del mercado libre, que en estos momentos oscila entre los $40 y $43 por dólar, en 'la forma y moneda que se convenga entre las partes. Las actualec, disposiciones no exigen permisos previos, pagos anticipados ni créditos abier- tos, que se exigen para la exportación de otras mercaderías. Sólo en el caso de los países limítrofes con los cuales se opera mediante convenios comer- ciales sobre la base del tipo de cambio oficial, a razón de $ 18 m/n. por dó- lar, y a los efectos de asegurar a las exportaciones de libros el beneficio del cambio libre ($40 m/n. ó $ 4 3 m/n. por dó'lar), se controlan los precios de facturación y se documenta convenientemente la salida de la mercadería, me- diante visados de los organismos gremiales y de la Dirección de Correos. Este es un trámite optativo -que abarata el libro- ya que si el exportador quiere operar a l tipo de cambio oficial puede hacerlo con toda libertad y sin con- trol alguno. De los países americanos exigen visación consu'lar de facturas: Brasil, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador. Chile, además, exige que los im- portadores hagan un depósito previo del 100yo para los libros tecnicos y Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.15, 1965

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx