Fénix 16, 174-197

188 La Bandera Después que el primer Inga acabó de conquistar, hizo cortes en el Cuzco, y en ellas se hallaron todos los caciques y señores principales de todo lo conquis– tado, y entre otras cosas que allí orde– nó, fué que hizo copia de todo el gana– do que se había hallado en toda la tie– rra, y dello dió cierta parte para el sol, e otra para ciertas guacas e mama– conas, y de lo demás, dió a todos los caciques del reino, especial a todos los que se hallaron con él en la conquista, a unos a mil cabezas, a otros, a qui– nientas, y a doscientas, y a ciento, y a cincuenta, y a veinte, y a diez, y a cin– co, y a cada un indio de los cuatro su– yos que ellos llaman, dos ovejas, una hembra y otra macho, para que criasen y se vistiesen, y todas las demás, que era gran número, tomó para sí, e las re– partió por todo el reino para que las guardasen en aquellas partes y luga– res que hahía mejor aparejo de pastos, y así tenía ovejas en toda la tierra, y en la guarda y multiplico y cría dellas habían gran cuenta y razón (pág. 98, Y 70-71). En cada pueblo, como sabían que iba, hallaba por su orden puestos en la pla– za todos los indios que no tenían mu- FENIX Castro-Ortega Morejón Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966

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