Fénix 16, 174-197

PARALELISl\fO ENTRE CUATRO DOCUMENTOS HISTORICÓS 175 Topa Inga Yupangui, y a Guaina Cápac, y a Guáscar ruga", cuyo autor descono– cemos al presente .( 4). En aras de la probidad, nos apresuramos a manifestar que algunas de las r-oncomitancias que nos ocupan habían sido ya anteriormente advcrtidas, aunque de pasada, y sin articularlas de un modo coherente. El primero en caer en la cuenta de ellas fué Urteaga (5). Luego Porras Barrenechea reiteró la observación, haciendo notar que "toda la primera parte de la crónica de Sanrillán está casi Ii– teralmente copiada de la Relación de Damián de la Bandera, escrita en 1557" (6). Últimamente, \Vedin también ha hecho hincapié en los préstamos de Santillán extraídos de las Relaciones de La Bandera y Castro-Ortega Morejón (7). En el presente artículo nos proponemos poner de manifiesto que no nos hallamos ante un despojamiento perpetrado por Santil1án en agravio de los de– más textos -no cabe traer a cuento la noción entonces desconocida de plagio li· terario-s-, sino de un sistemático proceso de transvase o entrecruzamiento de dis– tintos pasajes de un texto en los restantes sometidos a consideración. En última instancia, estas recíprocas influencias cntrc los distintos escritos demuestran la existencia de núcleos de espíritus curiosos, que aHegaban con celo documentos acerca del pasado peruano, o que acaso estaban en contacto personal y se Iacifi– taban mutuamente los datos que recogían con ocasión de sus pesquisas. N o cabe excluir del todo la eventualidad que, ampliando el panorama, se Hegue a la ex– humación de una fucnte común, en la que abrevaron los autores de estos papeles en diferentes momentos. Para fallar en este proceso y entrar con pié firme en esta maraña de transo ferencias textuales, es requisito previo determinar la cronología, es decir, esta– blecer del modo más aproximado posible la fecha de redacción de cada pieza. Las dos primeras no ofrecen duda alguna para su datación. La Bandera suscribe su informe el 26 de Agosto de 1557 y el P. Castro y Ortega Morejón firman el su– yo el 22 de Febrcro del año siguiente. La similitud interna de ambos documentos obedece, como corresponde, al cuestionario propuesto por el Marqués de Cañete, con arreglo al eual se habían evacuado las encuestas en Ayacucho y Chincha, respectivamente. La Relación del Liceneiado Santillán se redactó en 1563, hallándose su au– tor en Madrid o Valladolid. Cabe afinar aún más la datación, situándola en los primeros meses de ese año, pues el Oidor no da muestras de hallarse enterado de la designación del sucesor del Conde de Nieva, ni de otros nombramientos con– cordantes con la misión que iba a asumir en el Perú el Gobernador García de Castro (8). 4 Archivo Gcneral de Indias. Lima, 30. Publicada por Medina, La l m.prenia en Lima (San– tiago, 19(4), 1, págs. 200.215; Colección de Libros y Documentos referentes a la Historia del Perú (Lima, 1920), 2'.' Serie, In, págs. 55-86, y Levi llier, Gobernantes del Perú. Cartas y papeles (Madrid, 1925), IX, págs. 239-296. 5 Preámbulo a la Relaeión colacionada en la nota precedente; v. pág. VII. 6 Los Cronistas del Perú (Lima, 1962), págs. 258·259. La afirmación peca de extremosa. 7 La cronología de la historia incaica (Madrid, 1963), págs. 65·67. 8 Scháfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias (Sevilla, 1947), n, págs. 42-46. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966

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