Fénix 16, 198-211

206 FENIX masa caliente la soplava a la piedra que era su dios, y luego al punto corría por el aire la dicha culebra de fuego; y que siempre que salía de la cueva adonde tenía a su dios, salía disiendo: "-ayúdame, dios mío, que te lo pido con todas mis fuerzas y de corazón"- 4 - A la quarta pregunta, respondió el dicho Diego Vasuaio que la dicha Angelina Vancuipa es hechisera y que lo a oído desir tanbién de Pedro Vanaturna y de Pedro Caypacay que son hechiseros. 5 A la quinta pregunta, respondió el dicho Diego Vasuaio, haviéndolo amenasado con castigo que manifestase el ídolo, para lo qual fue nessesario aso– tarlo; y dijo iría con algunas personas de satisfacsión y lo entregaría. Y ha– viéndose puesto en camino con Don Pedro Irache fiscal de idolatrías y con Gonsalo de Valdivia, se bolvieron sin él; y siendo preguntado el dicho Diego Vasuaio que cómo no traiya al dios Sorimana, respondió que lo havían escon– dido y que no podía ser otro sino es Pedro Ninacori, sacristán del pueblo de Salamanca quien lo havía escondido en otras ocasiones, por que no hallasen al dios Sorimana, como fue en tiempo del Licenciado Juan de Padilla; y como se hubiese ido de la prisión el dicho sacristán, se hisieron varias dilijensias para hallar dicho ídolo, y lo entregó Diego Limachi, hijo de la vieja hechisera llamada Angelina Vancuipa; y siendo preguntado el dicho Diego Vasuaio reeonosiese si era aquel el dios Sorimana, dijo que sí, que traía el bestido que él le havía pues– to; asimesmo reconocieron el dios Sorimana Catalina Paieana, Juana Cuisa, An– jelina Vancuipa, jurando a Dios y a una crus ser aquel que les enseñaban el dios Sorimana; asírnesmo dijo el dicho Diego Vasuaio que savía de otros ídolos pequeños que tenía la dicha Angelina Vancuipa; y haviendo ido con el fiscal de idolatría don Pedro Irache y Gonsalo de Valdivia, trajo de un serro más de veinte ídolos de varias hechuras y dijo el dicho Diego Vasuaio que faltavan otros muchos, que sin duda habría dado orden la dicha Angelina Vancuipa para que los escondiesen, y que ésta es la verdad que save so cargo de su juramento; y que es de edad de noventa años poco más o menos; y por ser verdad 10 firme ante mí judisialmcnte y con testigos, a falta de notario. En el pueblo de Chichas, en diez y ocho días del mes de mayo del año de setenta y uno, yo el R. Don Bernardino de Prado, cura y vicario de dicho pueblo hise pareser ante mí a Pedro Vanatuma el qual prometió a Dios y a una señal de la crus de desir verdad en lo que se le fuese preguntando. 1 A la primera pregunta, responde y dise que es verdad que ha más de ocho o nueve años que save las cosas que se le inpuntan por havérsclas en– señado a haser otras personas que ya son muertas. 2 A la segunda pregunta, responde el dicho Pedro Vanatuma que es verdad que un serro llamado Urupampa, donde está un pueblo viejo, tenía su Dios llamado Vampuvilca, adonde iba algunas veces y llevaba chicha y maís a ofreser porque desían otros que aquel dios ayudaba en mucho. 3 - A la tercera pregunta, respondió el dicho Pedro Vanatuma que las rasones con que ofresía culto al dicho ídolo Vampuvilea eran las siguientes: -"ayúdame Vampuvilea, favorésceme, que te lo pido muy de corasón porque Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966

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