Fénix 16, 212-242

PROBLEMAS DE ORGANIZACION y ADMINISTRACION DE BIBLIOTECAS 233 des de su público infantil han sido las que han dirigido la evaluación dc los de– más servicios. Hemos aprendido la tarea dc atender al público infantil dentro de la Bi– blioteca Pública, fomentando la lectura recreativa y formativa, organizando acti– vidades artísticas y culturales, formando grupos de niños de diversos intereses; y como Biblioteca Escolar, atendiendo a los alumnos en la preparación de sus tareas escolares y preocupándonos de adquirir la bibliografía necesaria para cada curso, teniendo con este objeto contacto con los maestros. La atención al público escolar es compleja porque no se trata de dar servi– cio a niños provenientes de un mismo colegio, sino a toda la población escolar del distrito que llega a la cifra de más o menos 22,500 escolares, de diferentes grados de instrucción bajo la disciplina de distintos sistemas pedagógicos. La Biblioteca a cargo de estas Salas tiene una misión que le exige además de todas las cualidades inherentes al cargo, uno de los más difíciles y abnegados en la profesión bibliotecaria, una mente sumamente ágil para poder atender a lec– tores que solicitan su atención, para intereses diametralmene opuestos, el Biblio– tecario debe multiplicar los recursos de la Sala cuando una clase entera, que bien puede estar compuesta por cuarenta o sesenta alumnos, acude a la Biblioteca pa– ra estudiar el mismo tema. También el bibliotecario debe reprimir la tendencia, muy natural, de aten– der con prioridad la solicitud de un niño que necesita un libro para estudiar, que la de otro que desea una novela de aventuras; los dos merecen la misma aten– ción; la misión real de la Biblioteca Pública es fomentar la lectura, ayudar a for– mar la inteligencia y proporcionar al lector 10 que necesita o desea. Todos sabemos la importancia de estas Salas de Niños y la misión que desem– peñan, insistir sobre el tema sería caer en redundancia. Voy a prescntar a Uds. cómo ha ido evolucionando el Servicio de Niños de nuestra pequeña Biblioteca. Al ser abierta al público, en 1955 ocupaba dos habitaciones de la Sociedad Cultural INSULA, que cedía su local para las horas de lectura; la Biblioteca era, en esa época administrada por un Comité Pro-Biblioteca, cuyos miembros represen– taban a las distintas Instituciones miraflorinas, el Concejo daba una subvención para sueldos y parte del mantenimiento. Junto a la Biblioteca funcionaba una escuela fiscal para niñas y ellas fue– ron las primeras lectoras: era notoria su timidez, causaba pena ver el miedo que sentían las niñas por la Biblioteca; al comienzo teníamos que ir a la salida del colegio a contarles que no se pagaba nada, que no se obligaban a nada, en fin a disipar muchas dudas. Sólo teníamos 40 libros para niños; la Biblioteca se había formado con donativos, las primeras semanas nos sobraban, al cabo de poco tiempo nos vimos abrumados al tener que atender el despertar del deseo de lectura de las 240 niñas del colegio vecino. Hicimos entonees una campaña por medio de la Soeiedad de Amigos de la Hihliotcca, que desapareció un año des– pués junto con el Comité Pro-Biblioteca por un mal entendido eon el Concejo Distrital. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966

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