Fénix 16, 212-242
PROBLEMAS DE ORGANIZACION y ADMINISTRACION DE BIBLIOTECAS 241 "el título mínimo profesional". (7) Recuerde también que "las escuelas que no dependan de una universidad otorgarán el título de Bibliotecario". (S) No es irrazonable asumir que no sólo los futuros estudiantes sino también los futuros empleadores llegarían a ser acostumbrados a favor del mejor título. Un prestigio podría ser añadido a la Licenciatura que no estaría presente en el título inferior de Bibliotecario. Hay, por eso, la posibilidad de que si otra escuela de bibliotecología, una afiliada a la universidad, sea establecida, entonces la Escuela Nacional de Biblio– tecarios sería reducida a una escuela que sólo proveería de personal a la Biblio– tea Nacional, un paso hacia atrás en su programa; o se vería forzada a cambiar su curriculum a fin de otorgar el título de Licenciado; o también sería forzada a afiliarse a una universidad. Desde que los bibliotecarios en Medellín hicieron hin– capié en que sólo las escuelas de bibliotecología afiliadas a la universidad otor– guen la Licenciatura, la segunda alternativa no parece ser juiciosa. Así las ver– daderas alternativas para la Escuela Nacional de Bibliotecarios en este punto se– rían o la reducción a una escuela menor de bibliotecología o la afiliación a otra universidad, una universidad nacional. Al mismo tiempo ¿ cómo serían afectados los bibliotecarios graduados de la Escuela Nacional de Bibliotecarios, si se estableciese otra escuela de biblioteco– logía afiliada a una universidad, otorgando títulos que son superiores a los de ellos? Esto, ¿ no reduce su posición también? La respuesta es que sí, infortuna– damento lo hace. Por ello debe tomarse alguna medida en la nueva escuela afilia– da a una universidad, para que permita que estos bibliotecarios tornen un curri– culum específico y corto en la nueva escuela para recibir el título más alto de Li– cenciado. Este curriculum, tal vez nocturno, no serviría sólo de un programa re– cordatorio sino también les permitiría obtener una posición igual a la de los nue– vos bibliotecarios. A menos que dicha medida se tome existe la posibilidad de re– sistencia por parte de los bibliotecarios ya egresados tanto corno la probabilidad de un cisma irreparable entre los bibliotecarios del Perú. Es la última con– secuencia que deseo evitar. No obstante lo que sea logrado finalmente en la Uni– versidad Nacional Mayor de San Marcos, el punto principal a considerar es que la preparación de bibliotecarios sea adelantada y no sea impedida, y que el concep– to de la bibliotecología avance. Sugiero por eso que sería mejor para los intereses de ambas instituciones, tanto corno para los de la Asociación Peruana de Bibliotecarios que la Universi– dad Nacional Mayor de San Marcos y la Escuela Nacional de Bibliotecarios se afiliaran. Si esto fuera efectuado, sugeriría enfáticamente que la actual Escuela Nacional de Bibliotecarios sea trasladada de su local a un medio más espacioso, que el curriculum sea revisado para corresponder a las recomendaciones de las reuniones de Medellín y que el personal de la escuela de bibliotecología sea incre– mentado para enseñar a un gran número de alumnos. Yo propongo que si las 7 Ibid., p. 11. a Ibid., p. 4. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx