Fénix 16, 41-112
70 FENIX cartas, gestiones personales, datos suplementarios, todo lo que revela que la obra de la biblioteca pública se encuentra en marcha en los lugares correspondientes. Los resultados estadísticos de la encuesta descubren, a través de un caso particular, una situación general del país al mismo tiempo que plantea un pro– blema esencial acerca de la forma en que debe organizarse toda planificación. En lo que respecta a lo primero, es preciso reconocer que gran número de las bibliotecas públicas del Perú son, por el momento, nada más que un rótulo ins– crito en la puerta de una habitación. Otras bibliotecas, en cambio, ya hall "despegado" y se encuentran en el camino de las realizaciones. Ocurre lo pro– pio actualmente con otras instituciones de distinta naturaleza. El país no des– pierta al desarrollo de manera uniforme en todos sus confines y con todas sus instituciones. En lo que respecta a las normas que deben presidir, bajo las cir– cunstancias actuales, el plan de cooperación del Fondo San Martín con las bi· bliotecas públicas del país, es preciso reconocer que los medios más significativos (libros, equipo, personal técnico) deben acudir ante todo a las instituciones que funcionan realmente como bibliotecas públicas. A quellas que todavía están exen– tas de realidad y de acción, recibirán inicialmente del Fondo toda ayuda desti– nada a promover su organización y funcionamiento. (Gaceta bibliotecaria del Perú. Lima, 1963, n? 2) Carlos Cueto Fernandini LA BIBLIOTECA PERUANA EN MARCHA Publicarnos en este número de la GACETA dos documentos importantes del Estudio que sobre las Bibliotecas Peruanas llevó a cabo, durante el primer semestre de 1962, la Comisión Especial designada por la Asociación Peruana de Bibliotecarios. De acuerdo con lo dispuesto por la Resolución Suprema de 7 de septiem– bre de 1962, la administración del Fondo San Martín para el fomento de las bibliotecas municipales públicas fue trasladada del Ministerio de Educación PÚ– blica a la Biblioteca Nacional del Perú. A partir de la fecha indicada, la Bi– blioteca ha estado reuniendo materiales básicos para trazar una política de ex– tensión bibliotecaria en el Perú, antiguo anhelo desde hace varios años enuncia– do. En su propósito de organizar dicha política sobre bases racionales, sin in– currir en el error tan frecuente en el país de dejar de lado los esfuerzos previa– mente llevados a cabo, la Biblioteca consultó el Estudio que tan loablemente ha– bía iniciado la Asociación Peruana de Bibliotecarios. El Estudio fue el fruto profesional de bibliotecarios distinguidos. Posteriormente, la Biblioteca dedicó gran parte del año 1963 al reconocimiento de la realidad bibliotecaria del país. Para ello se hizo, en primer lugar, una encuesta, cuya forma se publicó junto con el primer número de la GACEl'A Y que, hasta ahora, ha sido respondida por más de ochenta instituciones. La encuesta fue complementada luego por visitas que bibliotecarios designados por la Biblioteca Nacional hicieron a sesenta Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966
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