Fénix 16, 41-112

EL FONDO SAN ~\'fARTIN EN LAS PROVINCIAS 75 campos de la educación y la salud pública son los ejemplos más notorios. Al organizar Cursillos de Capacitación, la Biblioteca Nacional simplemente apro– vecha de las experiencias de la educación comparada. En la presente coyuntura no es lícito esperar a que todos los puestos sean cubiertos por profesionales preparados de manera satisfactoria a los criterios académicos. Ello significaría plantear el problema en un vacío teórico y en todo caso postergar la acción para las calendas griegas. Los Cursillos de que hablamos aparecen pues como una obra que debe ser emprendida de todos modos y cuanto antes. Los alumnos de los Cursillos serán seleccionados por los propios Concejos. Esta selección estimulará no sólo las funciones del gobierno local sino también las responsabilidades municipales con respecto al destino de sus propias biblio– tecas. La Biblioteca Nacional requerirá de los participantes únicamente educa– ción secundaria completa y una experiencia no menor de dos años como fun– cionarios. Las asignaturas de los Cursillos básicos o de primer nivel comprenderán los aspectos esenciales del servicio: normas elementales de clasificación y catalo– gación, organizacián y administración, bibliografía peruana, bibliografía de re– ferencia, atención a la consulta. Todas las asignaturas se complementarán con prácticas muy activas. La Biblioteca Nacional pondrá a disposición de los parti– cipantes algunas herramientas de trabajo. Entre ellas, el valioso manual "La Biblioteca Pública en Acción" escrito por Carmen Orti: de Zevallos y Antonie– ta Bailón; las "Tablas de Notación Interna" por Luis Málaga; la "Tabla de CIa·· sijicacián de Dewey, abreviada" por Agustina Musantc y la "Asociación de Amigos de la Biblioteca Pública" por Antonieta Ballón. Todas estas publicacio– nes serán asimismo enviadas a las bibliotecas municipales. Al terminar el Cursillo, la Biblioteca entregará un certificado a cada uno de los participantes. En este documento se anotará la calificación que a cada uno corresponda por su esfuerzo y su capacidad. Un mero certificado de asis– tencia no estimula a los mejores, iguala injustamente a quienes merecen diferen– tes recompensas morales y, en definitiva, paraliza el propósito de llevar adelante una política que, como todas, debe fundarse en el esfuerzo personal y en la ener– gía de la responsabilidad y la autodisciplina. No es el camino más fácil pero sí el que demandan las circunstancias de la historia presente. Se entiende que los certificados no constituyen de ninguna manera títulos profesionales. Los ingentes gastos que demandará el Cursillo de 1964 serán sufragados, en parte, con los recursos que el Estado asigna a la Biblioteca Nacional. Ellos resultarán, sin embargo insuficientes. Acudirán a la Biblioteca, en esta ocasión, algunas instituciones cuyos servicios a la cultura nacional son ya notorios. El Instituto Peruano de Fomento Educativo y la Alianza para el Progreso harán contribuciones económicas muy substanciales. El Instituto, a pesar de ser una organización fundada muy recientemente, ha llevado a cabo ya una obra de largo aliento en beneficio de la educación peruana; su acción se ha extendido por todos los confines del país. La Alianza ha proporcionado la ayuda que se le solicitó en forma rápida y sin que ninguna burocracia entrabara la gestión; 110 hay duda que, con ocasión del Cursillo, ha prestado un servicio -uno más- Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966

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