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14 FENIX apropiado, estudiando su tipo de lector, las ocupaciones del medio, la geografía; para que, solicitando ayuda técnica marchen con dignidad a aumentar el núme– ro de aquellas bibliotecas que aún siendo pequeñas y contando con escasos re– cursos superan obstáculos para servir de auxilio espiritual a su comunidad. El servicio de Lima también posee cuatro estaciones bibliotecarias o pe– queñas bibliotecas de préstamo. Funcionan desde 1958, en que fueron cons– truídas por el Ministerio de Educación. Dependen de una Central que hoy se encuentra en la Biblioteca Nacional y dirige el funcionamiento de todo el siste– ma. Los libros son preparados en la Central y enviados a las Estaciones con sus fichas listas para dar el servicio de préstamo. Esto facilita el trabajo del bibliotecario de la Estación que puede aprovechar el tiempo en conocer cada libro a fondo y todas sus posibilidades; en confeccionar fichas analíticas que permitan a un libro realizar el trabajo de varios y, en fin en ser un buen con– sejero del lector. Las Estaciones están situadas en barrios populosos y alguna entre ellas es extraordinariamente acogedora como la del Malecón del Rímac. En estas Estaciones a más del préstamo existen sitios de pequeña capacidad para la lectura pues no falta quien desecando completar estudios no cuenta con la luz en su vivienda. El horario de apertura de las Estaciones es de 4 1/2 a 8 Y2, pensando en la comodidad de obreros y empleados; y la colección de libros, semejante a la del, bibliobús, se completa con una colección infantil que hace la delicia de niños y ... grandes. Naturalmente que se nota en todo momento el peso que deben soportar estas bibliotecas al no existir un programa en marcha de bibliotecas escolares. En el primer momento de su funcionamiento era tal la afluencia de criaturas y la algazara consiguiente que se temía un serio fracaso en la lectura del adulto. Después de cinco años, los lectores infantiles se han tranquilizado y esperan con ansiedad las horas. de apertura de la biblioteca para consultar uno u otro libro y sólo la escasez de bibliotecarios profesionales mantiene un horario pequeño pues a otras muchas horas también acudirían los lectores. Un punto muy importante es la selección de los libros en que hay que tener siempre pre– sente los tipos de lectores que van a consultar y tratar de llegar a la lectura di– rigida. Son muy necesarias cn las Estaciones algunas obras de consulta para prestar informaciones y que por supuesto no salen al préstamo. El Ministerio creó hace pocos meses cuatro bibliotecas mínimas en barria– das, vecinas a las escuelas y con ayuda del mismo Fondo San Martín. Ellas es– tán situadas en el Agustino, Comas, San Martín y Villa María y la Biblioteca Nacional de quien hoy dependen trata de que lleguen a funcionar en forma se– mejante a las Estaciones bibliotecarias. Carmen Checa de Silva. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966
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