Fénix 16, 5-40
6 FENlX en ellas se efectúa el préstamo por corto plazo de tres días para los textos; que la selección es extremadamente minuciosa y directamente encaminada al mejor auxiliar del texto; que el presupuesto para la adquisición de los libros de las ocho Estaciones y del Bibliobús alcanza sólo a una suma irrisoria; que por últi– mo la lectura alcanza a un promedio de 2,000 libros leídos en invierno en épo– ca de estudios que se mueven entre unos 600 lectores habituales, coincideremos en que todas las obras de las estaciones circulan y no quedan casi libros dormi– dos en los estantes. Es este punto muy interesante dado el constante problema económico de la Administración Pública. Apremiados por la escasez de fondos hemos llegado a comprar únicamente 10 estrictamente necesario olvidando el principio por el cual en una Biblioteca Pública debe haber toda clase de obras. En las Estaciones nos vemos obligados a pensar sólo en obras de consulta y en aquellos libros que sirvan de cimientos a una sólida formación general. Los libros para el Servicio de Extensión se adquieren en la Biblioteca Nacional y aquí se preparan clasificándolos y catalogándolos y se envían a las Estaciones con sus fichas para evitar el trabajo del proceso al único profesional -, que en cada Estación da el servicio e igualmente para obtener uniformidad en los procesos. Se ha formado así un catálogo unido de todas las obras y es muy cómodo; para la futura compra, el saber qué libros se encuentran en cada Biblio– teca del Sistema. Así la relación de libros que les son solicitados repetidas veces, es enviada a la Biblioteca Nacional donde se compran y se preparan totalmente y luego son remitidos a cada biblioteca con sus fichas y tarjetas de préstamo listos para el servicio. A cargo de estas sucursales se encuentra un bibliotecario profesional o una persona capacitada. Problema grave es que la estrechez de nuestro Pre– supuesto no permite conseguir con facilidad bibliotecarios profesionales estables. Este es un punto paralelo con las Bibliotecas Públicas Municipales de provincias. En la mayoría de los casos la solución es: Colección preparada por la Biblioteca Nacional y capacitación para el servicio de lectura y préstamo a personas de la localidad. Paulatinamente se está llegando a ello en algunas Bibliotecas Públicas como: La Biblioteca Pública Municipal de Chaclacayo; la Biblioteca Pública de la Siderúrgica de Chimbote; la Biblioteca Pública Municipal de Andahuaylas, Tambo Grande. Para esta labor ya se cuenta con varios instrumentos: la má– quina reproductora de fichas; el personal adiestrado en su manejo; el catálogo unido que nos permite concentrar en la Central de la Biblioteca Nacional, todos los datos referentes a las otras bibliotecas que han sido ayudadas; bibliografías básicas, etc. Es muy importante resaltar la línea de continuidad que existe en la Planificación de Bibliotecas y cómo es la labor de numerosos bibliotecarios y autoridades que en múltiples actos han demostrado el interés por pulir cada vez más la ayuda y obtener el mayor fruto de ella. Al pasar el Departamento de Fomento de Bibliotecas ala Biblioteca Nacional, no se ha desechado ningún detalle que pudiera ser útil a la marcha futura. Se ha partido de la labor ya realizada dándole énfasis a la técnica bibliotecaria y a la respuesta de los mu– nicipios. traducida en sus esfuerzos. Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966
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