Fénix 16, 5-40
SERVICIO DE EXTENSION DE LIMA 7 El Departamento de Fomento de Bibliotecas está abocado en sacar ade– lante toda Biblioteca Pública por pequeña que sea que haya recibido algún tipo de ayuda de su parte antes o después de su paso a la Biblioteca Nacional. Capacitación: Complemento indispensable para el uso del catálogo. Se ha hecho notar en anteriores líneas la necesidad de la capacitación y la solución que representaría para el servicio bibliotecario, los catálogos preparados en la Biblioteca Nacional acompañados de una esmerada capacitación. Ya existe esta situación para Arequipa, Cuzco, Chimbote, Huánuco, Ica, Iquitos, Piura, Sulla– na, Tarma, .Yurimaguas. Volviendo al Servicio de Extensión de Lima diremos que este es un Sis– tema de Bibliotecas. Consta de un Bibliobús y ocho pequeñas bibliotecas pú– blicas o agencias de extensión. Situadas en zonas de trabajo las cuatro más im– portantes y en barrios marginales las cuatro menores; fueron creadas para dar un servicio esencialmente de préstamo, con locales reducidos y pequeña capaci– dad de lectura. Esto era en el año 1957 en que había poca experiencia del servicio de biblioteca pública en el Perú. La realidad nos demostró que no se podía dar préstamo indiscriminado y que muchos lectores, dada la condición de su vivienda, preferirían leer en el local. La Gaceta Bibliotecaria del Perú en sus números: 1, 4, 6, 7, 8, 9-10, 11-12 Y 13 ofrece abundante material de información sobre el Servicio de Extensión de la Biblioteca Nacional (Anexo 1). Sólo daremos pues, una visión de métodos generales y resultados obtenidos en este servicio. Primero repetiremos lo que todos saben: Que en el Perú no hay hábito de lectura, que ésta ha estado supeditada a un grado elevado de instrucción, que los buenos deseos de todo plan bibliotecario consistente en hacer leer al adulto, realizar educación fundamental, etc., se han diluído ante la pesada carga de la falta de bibliotecas escolares en las bibliotecas públicas. Luego, en cuanto a las agencias de extensión o Estaciones hemos tenido que aceptar esta realidad y dedicarnos a elevar el nivel cultural y cívico de escolares provenientes de clases económicamente modestas. Los auxiliares de textos tendientes a completar la deficiente instrucción escolar constituyen el puntal de nuestras colecciones. Los bibliotecarios profesionales o encargados capacitados tienen que esmerarse en suplir al maestro que en la generalidad de los casos es el gran ausente de las bibliotecas públicas. Con casi ·10 años de servicio estamos recién atisbando la posibilidad de atraer a lectores adultos por medio de actividades culturales como charlas de cooperativismo y sindicalismo, películas, etc., aunque esto a no dudar requiere un mayor presupuesto, un mejor local y más numeroso personal, es decir otra condición económica para el Servicio de Extensión de la Biblioteca Nacional. Por datos estadísticos veremos que tenemos lectores pero no los su– ficientes para conseguir levantar el standard cultural de la comunidad. Por ejem– plo durante el año 1966 en la Biblioteca Pública de Comas leyeron 815 adultos y 12,689 niños. Respecto al Bibliobús u omnibus que ofrece servicio de préstamo de libros alas centros de trabajo, también nos ha demostrado que la más hermosa teoría tiene que asentarse en el tiempo para fusionarse con la realidad. En agosto de Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.16, 1966
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