Fénix 17, 3-33
12 FENIX cional de Lima se habló desde hace tiempo atrás. Muchas acusaciones pro– venían de la ocupación chilena. A otras, de época más reciente, aludió Manuel González Prada en su Nota Informativa de 1912. Se volvió a mencionar lo mismo con relación a más casos en 1915. Por otra parte, suponiendo (hecho muy difícil y quizá imposible) que hubiera sido dable demostrar en forma con– vincente que tales y cuales especies existentes hasta 1940 más o menos, ya no estaban en la Biblioteca en 1943 ¿quién hubiera podido comprobar responsabi– lidades personales? Nada hacía pensar que se pudieran sancionar delitos aná– logos en campos más espectaculares. Razones políticas, administrativas, fami– liares, personales hubieran atajado o cortado cualquier escándalo. El intento que realicé para llevar a los tribunales trece o catorce asuntos controvertibles en el Ministerio de Educación no conmovió en realidad, en el año de 1945, a nadie, pese a que un nuevo clima político pudiese haber sido entonces favora– ble a esa clase de investigaciones. En suma, era difícil probar nada; y, aparte de eso, resultaba dudoso levantar una corriente poderosa de sanción moral, para cualquier irregularidad en la Biblioteca Nacional. Y quien concibiera fría, cíni– camente, el crimen de provocar el incendio para evitar esa supuesta futura acu– sación ¿no estaba, en realidad, cometiendo un delito y corriendo un riesgo mucho más cierto y abriendo el camino a sospechas más violentas? Con todas las reservas que una serie de meras conjeturas sugiere y sin olvidar que la lógica racional no siempre funciona en la sucesión de los hechos, el incendio para "tapar" desapariciones de libros o de documentos aparece pues, como algo poco verosímil. ¿A qué hipótesis adherirse entonces? Tengo para mí que si en el incendio hubo mano y mente humanas (10 cual no fue defini– tivamente probado) habría que considerarlo como acto de pasión, de odio, de afán de liquidar una situación intolerable. Sospecho sin base alguna y sólo como resultado de las serias objeciones que las otras posibilidades suscitan, que debe haber habido una relación entre el incendio y la tensión que existió en la Biblioteca Nacional precisamente en los días y en los meses anteriores a él, entre parte del personal antiguo con el Director a la cabeza y el grupo de cataloga– dores auspiciado por la Dirección de Educación Artística. Muy serio es este asunto para avanzar en un terreno de consideraciones antojadizas. Insisto, sin embargo, en que la hipótesis del incendio con la acción hu– mana como causal, es más probable que la versión contraria. Varias personas que estudiaron a fondo este misterioso caso, así lo manifestaron. Aparte de los doctores Gálvez, Delgado y Alayza, a quienes no cabe calificar como miembros de una camarilla o de un círculo estrecho, allí está la actitud del doctor Ezequiel F. Muñoz nombrado por mí (cuando fuí Ministro de Educación en 1945) para presidir una comisión que debía estudiar las posibles responsabilidades adminis– trativas derivadas del siniestro. (2 de Agosto de 1945). El doctor Muñoz, Fiscal retirado de la Corte Suprema, jurista eminente, hombre mesurado y agudo, ajeno a cualquier tipo de "histeria", escéptico primero ante toda hipó– tesis tremebunda, poco a poco llegó a convencerse privadamente de que el incendio había sido intencional, si bien en su dictamen afirmó sólo que no había sido causado por un cruce eléctrico y que no podía precisar la causa, para luego decir que existía responsabilidad por omisión, o sea responsabilidad culposa de los funcionarios. Pero cuando expidió este dictamen en marzo de 1946, nadie en el Ministerio de Educación le hizo caso, a pesar de mi protesta pública. La investigación que anteriormente llevó a cabo el Juez Dr. Pedro Ga– zats no condujo a resultado alguno, pues su conclusión fué que, desde el punto de vista de las pruebas señaladas por el Derecho Procesal peruano, no había evidencia en un sentido u en otro. Es decir, no quedó descartada ni una ni otra posibilidad. Acaso hubiera sido preferible limitar la investigación judicial al Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.17, 1967
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