Fénix 17, 3-33

EN LA BIBLIOTECA NACIONAL 23 Bonite, cuya adquisición fué una aventura y cuya colección trajo desde París don Aurelio Miró Quesada, varios albums de caricaturas de mediados del siglo XIX. No puede negarse que, hacia enero de 1948, la Biblioteca Nacional era poseedora de un espléndido material sobre tipos y escenas de fines de la Colonia y comienzos de la República. Del archivo de la casa Courret se adquirió un lote muy valioso de fotografías de aspectos y figuras de la vieja Lima. La casa Argosy de Nueva York suministró una serie curiosa y notable de antiguos mapas del Perú. Fueron obtenidos también varios mapas manuscritos del Virreinato de Lima y sus arzobispados y obispados, los mapas de Raimondi y paz Soldán, una colección de más de cien mapas viales y otros materiales de similar importancia para nuestra geografía. Interés especial dedicamos a lo relacionado con las publicaciones oficiales nacionales, antiguas y recientes: Presupuestos de la República, Diarios de De– bates e índices de leyes y resoluciones; memorias de ministros, prefectos, sub– prefectos, rectores de Universidades, presidentes de Cortes, directores de Be– neficencia y directores de colegios; documentos de Municipalidades y entidades particulares diversas; calendarios, guías de forasteros y almanaques; reglamenta– tos, programas escolares y universitarios, tesis, boletines, etc. etc. Ellos fueron debi– damente ordenados y registrados. La colección no llegó a ser completa; pero se puso los cimientos de un buen conjunto que desde el principio fué sistemática– mente organizado y llegó a ser superior, en varios casos, al de la Biblioteca Na– cional anterior al incendio. Hicimos, por primera vez en varios años, el inventario minucioso de los periódicos peruanos de Lima y de cada una de las provincias. Publicamos en números sucesivos del Boletin y del Anuario Bibliográfico listas clasificadas de tales publicaciones. A base de estos datos, la señora Abigaíl G. de Velezmoro, encargada de dicha labor, dió a conocer en el número 3 de Fénix (2 9 semestre de 1945) un minucioso análisis de la producción periodística peruana entre 1943 y 1945. Un prominente intelectual peruano, interrogado acerca de la Biblioteca Nacional cuando ella había ya empezado a funcionar, dijo "Sí, me dicen que tienen muchos libros en inglés". ¡Tremenda injusticia! De Estados Unidos recibimos las copias ya citadas, numerosos donativos que, si a veces fueron de obras peruanas o hispánicas, también abarcaron con profusión las letras y las ciencias norteamericanas; y ayuda técnica para el primer curso de la Escuela de Bibliotecarios. Los donativos de ese país fueron los más numerosos entre los provenientes del extranjero hasta enero de 1948, y ascendieron a más de 22,000 volúmenes. El segundo puesto lo ocupó Argentina con más de 14,000; y el tercero Chile con más de 7,000. Siguieron con cifras entre 6,000 y 3,000 México, España, Cuba, Venezuela, Brasil, Uruguay. Con menos de 3,000 Suecia, Bélgica, Guatemala, Inglaterra y otros países. Especial carácter tuvo el donativo mexicano hecho, en su mayor parte, en forma muy seleccionada, por la Cámara del Libro con la colaboración del Gobierno. El catálogo de este importantísimo lote de obras fue editado y el Se– cretario de la Cámara Rafael Aguayo Spencer se trasladó a Lima para preparar una exposición del libro mexicano que debía coincidir con la entrega respectiva. Dos intelectuales jóvenes de mucho prestigio, Agustín Y áñez y Antonio Gómez Robledo, llegaron a dar conferencias sobre la historia y la cultura de México. El donativo de Venezuela provino de una suma votada especialmente por el go– bierno de ese país; y don Enrique Planchart, asesorado por varios grupos de expertos, hizo una selección admirable de la producción bibliográfica venezolana, Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.17, 1967

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