Fénix 18, 3-53
6 PERSONAL I'ENIX No obstante la multiplicación de los servicios a que debe hacer frente la Biblioteca, el número de plazas consideradas en el Presupuesto General de la Re– pública ha experimentado un acentuado descenso en el año a que se contrae la presente Memoria, con la agravante de que no ha sido posible cubrir vacantes por imperativos de la situación fiscal. En 1965, se consideraban para la Biblioteca Nacional 240 plazas, de las cuales el 31 de Diciembre estaban vacantes 26; en 1966, de las 225 plazas consignadas, sólo 205 estaban cubiertas, y finalmente en 1967, de las 210 plazas, sólo 190 pudieron ser cubiertas. Trece funcionarios solicitaron subrogación, por convenir a sus intereses. A esta reducción del personal, es menester sumar un factor imprevisible, que acarrea muy serios trastornos para el servicio regular de los distintos De– partamentos. En efecto: las licencias por motivos de salud (48, con un total de 1,075 días); las concedidas por motivos particulares, sin goce de haber (45, con un total de 1,191 días); las otorgadas para viajes de estudio o disfrute de becas, con derecho a percepción de haberes (4, con un total de 441 días), y las li– cencias por maternidad (3, con un total de 180 días), arrojan un total de 2,887 jornadas de trabajo. A esta cantidad, debe añadirse las vacaciones anuales de treinta días de que hacen uso reglamentariamente los funcionarios públicos. Fi– nalmente hay que considerar asimismo las inesperadas faltas debidas a indispo– siciones o motivos particulares, que también contribuyen a ralear los turnos. Se obtiene en junto un monto verdaderamente significativo de ausencias, cuyo reem– plazo ha sido motivo de serias preocupaciones, e inclusive ha obligado a reducir el servicio en algunas Salas. En años anteriores este problema no era tan agudo, pues la Partida consignada en el Presupuesto para "Gratificación por horas ex– traordinarias" permitía suplir las defecciones, con personal eventual, pero al suprimirse la misma, la incidencia de este fenómeno provocó el recorte de los horarios de los Departamentos de Revistas y Periódicos, Publicaciones Oficiales e Investigaciones Bibliográficas. Corno era de esperar, en los diarios y revistas de la Capital han aparecido con frecuencia notas, comentarios y artículos, exteriorizando la mortificación que este estado de cosas causaba al público lector. Por una parte, algunos denun– ciantes reclamaban dc la congestión de las Salas, en donde en determinadas horas es menester impedir el ingreso de nuevos lectores hasta que quede un asiento libre, circunstancia fácilmente explicable teniendo en cuenta que se registra un promedio diario de tres mil concurrentes. En otras oportunidades, las quejas versaban sobre el lapso transcurrido desde el momento en que se solicita una publicación, hasta que ésta es puesta en manos del peticionario. Aunque no es éste el lugar de subrayar que el general consenso de extranjeros o de compatrio– tas que han tenido que estudiar en bibliotecas del exterior abona que la Biblio– teca Nacional del Perú puede jactarse de servir los libros en plazo incuestiona– blemente reducido (v. la Memoria de 1952, pág. 14 Y 19), si es del caso indicar Fénix: Revista de la Biblioteca Nacional del Perú. N.18, 1968
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